BNHA: Yo soy Reiji Toga

Chapter 23: Capitulo 23: Inicio [1]



Y el verano paso sin pena ni gloria, lo que para otros significa tiempo libres. Para Reiji era simplemente un momento donde ahora podía actuar durante todo el día sin intentar mantener una fachada estable, lo cual era relajante.

Se solía mantener ocupado, con rutinas diarias pero necesarias para distraerse. En las mañanas entrenaba diariamente con Shinso, día tras día le exigía dar todo su esfuerzo para aumentar sus condición física a una al menos, aceptable para un héroe de su estilo.

No lo convirtió en super humano, que pudiera resistir cualquier daño y seguir peleando. Todo lo contrario, su Quirk le obligaba a entablar una conversación con alguien y muchas veces eso requería tiempo, lo que hizo fue concentrar sus esfuerzos específicamente a eso, prolongar combates, recibiendo el menor daño posible gracias a su flexibilidad y agilidad.

Todavía requería fuerza bruta, pero poder mantenerse en un combate era vital. La deficiencia física se podía cubrir con los miles de experimentos que Mei hizo durante este tiempo, pero no serviría de nada si es que se topaba con una fuerza que pudiera neutralizarlo en segundos.

Eso no quería decir que su Quirk fue dejado de lado, después de muchas pruebas y error, finalmente Reiji había entendido el funcionamiento real del Quirk de su amigo y como sacarle el mayor provecho.

Era inherentemente útil bajo una mente que estuviera apagada o ya afectada por un trastorno psicológico grave, pero afectaba a cualquier persona cuerda.

Siempre y cuando las ordenes de Shinso fueran en dirección para los deseos del usuario, entonces tendría más chance de ganar. Además de que su voluntad por controlar y que él objetiva cumpla su orden, debe ser mayor que el deseo de volver a controlar su cuerpo.

Eso lo agotaba mentalmente, lo cual había hecho que meditar sea una mejor forma de aumentar su concentración.

Aunque cruel, los métodos de entrenar de Reiji funcionaba. Su mente algo distorsionada por su propia regeneración, había llevado a Shinso al limite y los deseos profundos del chico por ser un héroe, finalmente resultaron que todo esto diera frutos maravillosos.

Lo cual fue idóneo para asentar una buena base.

Fuera del campo de entrenamiento, Reiji mantenía su vigilancia habitual. Fueron meses tranquilos en la ciudad, lo que hizo que la Comision le diera misiones menores y casi rutinarias, el mismo Hawks en Tokyo había sufrido una situación similar.

Coincidencia, tal vez. Pero era claro para Reiji que AFO se estaba moviendo de alguna forma, durante el primer ataque de la liga de villanos, una gran cantidad de villano habían sido desplegado en la U.S.J, no era extraño que volviera a suceder algo similar.

O podía simplemente estar delirando, después de todo, todavía quedaba más de un año para ese suceso.

De igual formas, algunos crímenes sucedían periódicamente fuera del radar de la multitud de héroes de la ciudad. Cada vez que podía, intervenía para ayudar a las personas. Intentaba no usar su Quirk demasiado cuando hacia esto, su entrenamiento y regeneración era suficiente para la mayoría de situación, lo cual era conveniente.

No había destacado demasiado, pero lentamente podía escuchar eventualmente un comentario casual del nuevo 'Vigilante' de la ciudad. Nada demasiado destacado, y tampoco que apuntara a él directamente, pero era un comienzo.

Con su mañana y noche ocupadas, le quedaba un pequeño tiempo en la tarde donde normalmente estaría en su casa, aprovechando la paz que le brindaba las tardes cuando ninguno de sus padres estaban en casa.

Himiko solía estar ahí también. A veces en silencio, leyendo. A veces hablándole sin parar mientras él intentaba mantener su concentración.

Durante ese verano, ella se dedicó por completo a prepararse para su segundo año en la U.A. Había tomado en serio sus estudios. Pasaba horas organizando notas, revisando contenido, resolviendo simulacros de evaluación. Mostraba una dedicación que no le había visto en la escuela anterior, como si algo dentro de ella se hubiera activado con más fuerza al entrar a la academia. 

No hacía falta que lo dijera: quería destacar. No solo para sí misma, sino para mantenerse cerca de él, en ese mundo donde todo giraba en torno a héroes y villanos. Una nueva obsesión, para estas alturas, Reiji sabia que eso era parte de la misma psique de ella... Aunque no sabia si era realmente por su Quirk, o algo más interno.

Reiji la observaba a veces mientras repasaba datos o hablaba sola frente a un espejo. Era aplicada, metódica y persistente. Todo lo que necesitaba alguien que no tenía un Quirk de combate tradicional para sobresalir en ese entorno.

Su forma de actuar con él no había cambiado en absoluto. Seguía siendo demasiado cercana. Tocaba más de lo necesario. Buscaba excusas para sentarse a su lado, para dormir en su habitación, para entrar a su espacio sin pedir permiso.

Nunca cruzaba una línea clara. Pero siempre estaba a un paso de hacerlo, tentando a Reiji a él aceptar esa linea. No hablaban del tema. Nunca lo habían hecho.

Y Reiji prefería mantenerlo así.

No porque no lo entendiera, sino porque no sabía cómo detenerlo sin destruir lo más preciado y estable que tenía a su alrededor.

Él no le correspondía de esa forma, pero tampoco la alejaba con firmeza. A veces pensaba que esa cercanía lo ayudaba a mantenerse conectado, incluso si no era del todo sano.

Y así, el verano fue avanzando.

Entre entrenamientos, vigilancia, investigaciones menores… y esa rutina doméstica con Himiko, donde el afecto y la incomodidad coexistían sin resolverse.

No hubo nada explosivo, más allá de las ocasionales visita a Mei, que irremediablemente resultaba en un proyecto fallido. Ningún gran conflicto destacable. Y tampoco una revelación impactante.

Simplemente la vida siguió, y con ella, el verano termino.

***

El sonido del tren anunciando su llegada rompió la monotonía del andén. Reiji observó en silencio cómo la gente comenzaba a moverse. Era el primer día del nuevo semestre, y aunque el verano no había sido particularmente destacable, regresar a la rutina escolar tenía un peso que no podía ignorar.

El vagón estaba lleno de estudiantes. Voces, risas, mochilas abultadas y comentarios sobre lo poco que habían dormido la noche anterior. Reiji se mantuvo de pie en un rincón, sin llamar demasiado la atención. Vestía su uniforme con la pulcritud esperada, aunque había algo en su postura que lo diferenciaba. Una rigidez controlada. La misma que tenía cada vez que debía regresar a fingir normalidad.

El edificio de su escuela estaba igual que siempre, aunque ahora su curso era distinto. Segundo año. A un paso de lo que, para muchos, sería el tramo final antes de convertirse en adultos. Para Reiji, solo era un cambio de aula.

Ingresó en silencio. Varios lo saludaron de forma casual, algunos por compromiso, otros con cierto respeto. 

La clase comenzó con las típicas formalidades: presentaciones, repaso de horarios, recomendaciones para el nuevo ciclo. Nada fuera de lo esperado.

Durante la jornada, observó cómo todo el mundo retomaba sus vidas como si nada hubiese pasado. Algunos hablaban de vacaciones en la playa, otros de entrenamientos especiales, algunos incluso mencionaban rumores sobre incidentes ocurridos en otras ciudades.

Reiji solo escuchaba. Analizaba. No porque le importara demasiado, sino porque era parte del papel que debía mantener.

El estudiante normal. Algo más popular de lo que debería, pero normal. Eso era lo que contaba.

Claramente Shinso estaba con él, su cambio físico tampoco paso desapercibido. Cuando tu apariencia física cambia, también lo hacen las personas que tratan contigo. Y por primera vez desde que empezó el entrenamiento infernal, le agradeció a Reiji sinceramente, aunque no se lo dijo abiertamente.

***

La segunda semana desde el inicio de clases transcurría sin novedades, al menos en la superficie. El verano ya había quedado atrás, pero la sensación de calor persistía con pesadez entre las calles de Musutafu. Reiji caminaba junto a Shinso después del almuerzo, sin apuro, comentando vagamente sobre su nueva rutina. El cielo estaba despejado, la ciudad seguía su curso, y por un momento todo parecía en equilibrio.

Sin embargo, Reiji tenia ese presentimiento. Ese mismo sentido de cuando la comisión lo observaba, ese mismo que le advirtió las cosas malas que pasaban.

Reiji se detuvo lentamente, su mente examinando a todos los lugares. Tratando de encontrar al responsable de esta sensación.

Shinso parpadeó al no sentir sus pasos a la par.

"¿Qué pasa?"

Reiji no respondió. Sus ojos se quedaron fijos en la repentina columna de humo que se alzaba a lo lejos, ondulante, sucia, demasiado espesa para ser un incendio cualquiera.

"¿Eso es una explosión?"

"No…" Musitó Reiji sin mirarlo. "No exactamente"

Su corazon se acelero, y su respiracion se entrecorto, como si acabara de ver un gran suceso.

'Esta empezando...'

Aceleró el paso. Shinso lo siguió con pasos nerviosos, sin hacer más preguntas.

Las calles se volvían más agitadas a medida que avanzaban. Los sonidos habituales de la ciudad comenzaban a distorsionarse: voces alzadas, pasos corriendo, una sirena demasiado lejana para ser útil.

Doblaron una esquina. Y luego otra. El humo ya no era un punto lejano. Era una presencia viva, colándose por los edificios, envolviendo el aire con una humedad sofocante.

Cuando llegaron a una intersección, vieron las cintas de seguridad improvisadas, los civiles agolpados detrás de una barrera mal formada, y a varios héroes profesionales intentando contener la situación desde los bordes sin entrar.

Reiji se abrió paso entre la multitud, su instinto lo guiaba. Se detuvo en primera fila.

Allí estaba.

Katsuki Bakugo.

Suspendido en el aire, su cuerpo envuelto por una masa amorfa de lodo que lo apretaba como una prisión viva. El villano se reía, gozando con cada intento fallido del chico por liberarse. Las explosiones de Bakugo se ahogaban al contacto con la sustancia, que parecía absorberlas, volviéndose más densa, más fuerte.

Reiji no respiró. No parpadeó.

Era esta escena. Exactamente esta. Justo aquí debía comenzar todo.

A su lado, Shinso observaba sin entender del todo. Podía ver a media docena de héroes combatiendo el fuego, mientras se aseguraban de que los civiles estuvieran a salvo pero... Ninguno parecía luchar contra el villano que sofocaba al adolescente hasta la muerte.

"¿Ese chico... lo están ayudando, no?"

Reiji bajó la mirada por un instante. Los héroes no se movían. Solo uno daba instrucciones para contener el perímetro. Otro hablaba con los civiles. Un tercero analizaba el viento.

Ninguno se acercaba.

La excusa era clara, demasiado peligroso como para entrometerse. Esperar a alguien adecuado era la mejor idea en sus mentes.

"¿Por qué no entran?" Insistió Shinso, molesto. Pensando incluso usar su Quirk sobre alguien para que este ayude, tal y como debía hacer un héroe. "¡Ese villano lo está matando!"

"Esperemos un poco más... No queremos ponerlo en más riesgo. El chico se ve que es fuerte, pero su Quirk también lo es y el villano lo esta usando en contra nuestra"

"Mantengamos a los civiles lejos, apaguemos las llamas por mientras"

"Algún refuerzo, alguien capaz de anularlo... o distraerlo al menos..."

Esperaban.

Esperaban al chico que debía irrumpir sin lógica ni poder, con solo coraje.

Esperaban a Midoriya Izuku.

Y él no estaba.

Reiji comenzó a buscarlo con desesperación. Sus ojos recorrían la multitud, los callejones, los tejados. Sabía que este era el momento. Midoriya debía estar ya corriendo hacia aquí, empujado por esa voluntad ciega que lo definía.

Pero no había nadie.

Ni una figura menuda con uniforme escolar. Ni una mochila suelta. Ni una respiración jadeante empujando contra la marea.

Nada.

'Vamos… Aparece. Tú… tú tienes que estar aquí'

El corazón de Reiji latía más rápido.

No por emoción.

Por un terror profundo, que comenzaba a nacer desde un rincón que había jurado mantener sellado.

Una punzada lo golpeó en la sien.

'¿Y si no llega?'

Miró de nuevo a Bakugo. El chico seguía luchando, pero con menos fuerza. Cada explosión era más débil. Cada grito más ahogado. La masa lodosa cubría ya su rostro parcialmente, y los ojos apenas se mantenían abiertos.

Uno de los héroes dio un paso adelante y se detuvo.

"No podemos entrar. Si nos equivocamos, podría matarlo al instante"

"¡Hagan algo, el chico esta muriendo en frente de ustedes!" Gritó alguien del público.

Pero los héroes se mantenían firmes. No por cobardía. Sino por incertidumbre, una que estaba ahora mismo costando una vida.

Y Reiji lo comprendió.

Este era el punto donde la historia debía bifurcarse. Donde el quiebre se revelaba en su forma más cruda.

No había un heredero del One for All corriendo hacia el peligro.

Y sin él, no había certeza alguna de que esta historia tuviera final feliz. Lo había analizado de todas las formas posibles, Izuku Midoriya era el adecuado para el OFA, siempre lo había pensado así. Incluso si él no hacia nada, el mundo estaría en buenas manos. 

Una vez que se vio involucrado, se fortaleció con el propósito de sacar ese futuro de Himiko ¡Y apoyar justamente a Izuku para derrotar al mayor villano del mundo! ¡Y ahora todo eso se estaba yendo directamente a la basura!

Una bocanada más de humo cubrió el área. El villano rugió.

Y fue en ese instante que Reiji lo notó. La lucha de Bakugo… había cesado un segundo.

Solo uno.

Pero fue suficiente.

Sus brazos colgaban por un momento. Las explosiones no llegaron. El rostro, cubierto de sudor y lodo, había perdido parte de su expresión. Su cuerpo comenzaba a ceder.

Reiji sintió un golpe invisible en el estómago.

Su garganta se cerró. Sus manos se apretaron. Y en su mente, no había palabras. Solo una frase golpeando como campana rota:

'No está viniendo' 

Shinso lo miró con preocupación.

"¿Qué pasa contigo...? Estás pálido"

Pero Reiji no respondió. Sus ojos seguían clavados en Bakugo, y en el villano que lo envolvía como un parásito. En los héroes, que no sabían qué hacer. Y en el espacio vacío que debería haber estado ocupado por un chico de rizos verdes y corazón torpe.

Su mano de cerro, miro a Shinso una vez más y su resolución cambio. 

'El ya no vendrá...'


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