Chapter 19: Capitulo 19: Pequeños problemas [2]
La terraza del edificio estaba silenciosa, como si incluso el viento supiera que no debía interrumpir esa conversación.
Hawks estaba apoyado contra la baranda, una de sus alas ligeramente extendida, captando la brisa de la noche. Reiji, por su parte, se mantuvo de pie frente a él, con los brazos cruzados, sin la tensión que solía cargar. Sus hombros estaban más relajados, sus ojos ya no tan endurecidos.
"Quiero entrar a la U.A." Dijo sin rodeos.
Hawks lo miró de reojo, sin cambiar de postura.
"¿Como estudiante a héroe?"
"Si" respondió Reiji.
El silencio fue breve.
"¿Y por qué ahora?" preguntó Hawks, con tono neutral. "No es como si la Comisión te hubiera preparado para una vida escolar normal"
"Desde que me uní a ustedes, les dije que mi sueño era ser un héroe. Lo dije por fachada, claro... para mantener la historia frente a Himiko. Pero con el tiempo... esa mentira se volvió útil." Hizo una breve pausa. "La mudanza a Musutafu no fue solo por ella. También fue por mí. Para allanar el camino hacia eso"
Hawks asintió lentamente, como si ya lo hubiera sospechado.
"No quieres quedarte oculto toda la vida, ¿eh?"
"Ya no... Si hubiera tenido que elegir, no me hubiera unido a la comisión, pero sabia demasiado bien las consecuencias"
"¿Y sabes lo que implica estar en la U.A.? Estarás rodeado de los futuros protagonistas del mundo real. Vas a tener que actuar cada día como si fueras uno más, con profesores encima y compañeros observando todo"
"Lo sé. Pero también sé que ahí es donde se mueven los verdaderos objetivos. Si sigo como hasta ahora, nunca podré influir de verdad en lo que viene"
Hawks sonrió, pero sin alegría. Había entendido demasiado mal la parte de intervenir...
"Vaya… te estás volviendo bastante idealista para alguien entrenado por la Comisión"
"Tal vez…"
La brisa golpeó ligeramente la tela de su chaqueta. Hawks se giró por completo, mirando al chico de frente.
"Entonces escucha esto: si quieres que la Comisión te deje entrar, no tienes que esconderte más… tienes que volverte tan visible que lo único que puedan hacer es revelarte al mundo"
Reiji alzó una ceja.
"¿Como tú?"
"Exacto. Si eres lo suficientemente brillante frente al público, entonces te vuelves más útil como héroe visible que como agente en la sombra"
Reiji bajó la mirada un segundo, pensativo.
"Ser visible no es lo mismo que ser famoso. Es controlar la narrativa. Si logras hacerlo sin perder el rumbo, estarás un paso más cerca de lo que querías"
Reiji asintió, procesando todo.
"Entonces empezaré a construir esa imagen"
Hawks sonrió apenas.
"Sabía que ibas a decir eso"
Ambos guardaron silencio unos segundos. Solo el sonido del viento recorriendo la azotea marcaba el ritmo de la conversación.
"Gracias, Hawks. Siempre eres un buen consejero, aunque tu vida sea más desastrosa que la mía..." Una sonrisa se escapo de Reiji, haciendo que Hawks le responda de la misma manera.
"No me agradezcas todavía. Esto recién empieza"
Y Reiji bajó por la escalera metálica sin mirar atrás.
No necesitaba tener todas las respuestas aún. Solo necesitaba empezar a moverse.
***
Reiji caminaba por las calles perdido en sus pensamientos, las palabras de Hawks razonaban en su mente. No porque le hubiera afectado profundamente, más bien, pensaba como llevarlas a cabo.
La comisión tenia el ojo en el, no podía actuar de forma imprudente y empezar a llamar la atención de cualquier forma, debe parecer natural... No forzado. Miro el atardecer con un suspiro, Musutafu no solo le había traído un nuevo lugar en que cumplir las ideas desde que renació, también ha empezado a vivir como una persona normal.
Durante su niñez, siempre se enfoco en que Himiko no cediera en sus impulsos y empezaba a preparar el terreno para su futuro, esto fue interrumpido por la comisión debido a su 'Doble Quirk', dejando solo la opción de trabajar para ellos, o él junto a su familia serian anotados en una lista de muerte... Desde ese momento hasta que se mudo a Musutafu y resolvió el caso que lo trajo en primer lugar, trabajo para usar a la comisión de la misma manera que ellos lo estaban usando a él.
Consiguió un domicilio en la ciudad, consiguió relaciones más humanas y finalmente Himiko estaba estable, había empezado a vivir sin darse cuenta. Había solucionado sus mayores preocupaciones ¡Y ni siquiera había cumplido la edad para entrar a la universidad!
Sabia que habían peligros, pero confiaba que estaba preparado física y mentalmente, lo cual le quitaba finalmente su ultima preocupación. Quedando su propio deseo de ser un héroe verdadero después de lo sufrido en su otra vida, Aizawa lo había dicho... Él tenia su propia forma de ser héroe, pero al final del día, sus formas no eran las mejores.
Ir a la U.A lo pondría en el ojo de la tormenta, a la vez que pulía su lado más humanos y recolectaba conexiones para en un futuro ser el héroe que él siempre espero en su anterior vida, aunque sabia que para eso todavía le faltaba vivir algunas cosas... Solucionar el problema de AFO era un inicio.
Más bien, ese era el siguiente paso. Y en su mente ya comenzaba a planificarlo.
Fue en medio de esa calma que escuchó algo. Una voz apresurada, un ruido sordo contra la pared.
Reiji frunció el ceño y giró en dirección al sonido. Al fondo de un callejón, casi oculto por la sombra de un toldo metálico, un tipo grande acorralaba a una figura encapuchada. La escena era clara. El chico grande, a pesar de su tamaño no parecía un adulto... Solo un niño abusando de su poder para intimidar a otro.
No era su problema. Podía seguir de largo.
Pero no lo hizo. Hacerse un nombre mientras lucha por lo que cree, eso significaba que no podía dejar la situación así.
"Hey" Dijo, acercándose con paso firme.
El adolescente alzó la cabeza. No era un matón con cerebro, eso estaba claro. Más músculo que razón.
"¿Qué quieres, niñato?"
"Que te alejes"
El tipo dio un paso al frente, midiendo a Reiji. Pero la mirada que recibió no era la de un adolescente promedio. Había algo en ella. Frialdad, control. Y una pizca de amenaza. Podía sentir que algo andaba mal, aun así se planto.
"Metete en tus asuntos" Dijo mientras lo tomaba del cuello de la camisa, pero Reiji se mantuvo en calma. Lentamente agarro la muñeca de su agresor, y las fibras de sangre enredo su mano, apretando con fuerza.
"Ahora es mi asunto..." Cuando aumento la fuerza, un sonido sordo se escapo de la boca del agresor, soltando a Reiji y mirándolo con terror, mientras seguía sintiendo como su muñeca empezaba a sonar de formas que no debería.
Antes de que romper su articulación, lo soltó.
El adolescente retrocedió tambaleándose, sujetándose la muñeca con la otra mano. La piel enrojecida temblaba por el dolor, y la expresión en su rostro había cambiado por completo. Ya no había desafío. Solo miedo.
"Estás loco…" Murmuró.
Reiji dio un paso más, pero no atacó. No hacía falta. El mensaje ya estaba claro.
"Última advertencia: no vuelvas a tocar a nadie con ese tipo de intención" Su tono era plano, controlado. Más efectivo que cualquier grito.
El otro no respondió. Echó a correr por la boca del callejón sin mirar atrás, desapareciendo entre la gente que caminaba sin saber lo que acababa de pasar.
Reiji soltó el aire que había contenido en un suspiro y desactivó lentamente las fibras de sangre en su mano. La presión se disipó, volviendo a integrarse con su sistema. Había sido algo leve, pero la sensación de sangre volvió a él... Lo suficientemente débil como para ignorarlo.
Entonces se giró hacia la figura encapuchada.
El chico, porque ahora lo notaba más claramente, aún no había levantado del todo la cabeza. Apretaba contra el pecho un cuaderno que ya tenía las esquinas dobladas por el uso. Su cuerpo temblaba un poco, no solo por el susto… había algo más: tensión reprimida, frustración o quizás miedo habitual.
"¿Estás bien?"
Asintió sin decir nada.
Reiji lo observó con más atención, notando detalles que antes no había conectado. El cabello rizado saliendo apenas de la capucha. La forma de sujetar ese cuaderno, como si fuera lo más valioso que tenía. Las manos llenas de marcas de tinta… y cicatrices pequeñas, recientes.
Era un tipo de persona que Reiji conocía bien. No por nombre aún. Sino por historia. Por los gestos.
"Gracias" Dijo el chico finalmente, con voz baja.
Reiji asintió, viendo botado una mochila junto a algunos útiles, decidió ayudar a recogerlo... Era duro ser oprimidos por otros, él no había vivido esa situación en especifico pero su vida había girado en torno a ser solo un objeto, que en termino generales, era lo mismo que podía ver que sufría el chico frente a él.
"No conozco tu situación, pero puedo notar que no es primera vez que te pasa esto, no voy a darte un discurso idealista... Solo que a veces la mejor opción es ser tu propio héroe, hazlo mientras puedas"
El chico bajó la mirada. Sus dedos se apretaron alrededor del cuaderno, como si las palabras de Reiji hubieran removido algo que llevaba tiempo enterrado.
"Ser mi propio… héroe" Repitió en un susurro, como si estuviera probando cómo se sentía esa idea en su boca por primera vez. No había burla, ni sarcasmo. Solo una confusión honesta, mezclada con un atisbo de deseo. Como si esa frase fuera algo que necesitaba oír, incluso si no la entendía del todo aún.
Reiji no dijo nada más. Le tendió la mochila ya cerrada, y el chico la recibió con una leve reverencia torpe, como si no supiera bien cómo agradecer de verdad. En el proceso, su capucha se descoloco lo suficiente para verle el rostro.
Fue en ese instante cuando Reiji sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Mechones verdes, comportamiento errático y tímido, torpeza al moverse, rechazado social y el cuaderno que tenia entre manos.
"Análisis de héroes pro para el futuro Vol. 11"
'Acabo de... Mierda' Pensó Reiji al darse cuenta de la situación.
Izuku Midoriya estaba frente a él, y aunque leve, había interactuado con él de una forma que podría cambiar su mentalidad. ¡Y eso no era nada bueno!
Para ponerlo en términos simples, algunas cosas eran inevitables cambiarla con sus acciones pero habían otras que prefería que siguieran igual, como Izuku recibiendo el OFA. Era el heredero perfecto para ese poder, sus convicciones y personalidad le permitieron sacar el provecho que ni siquiera All Might pudo, desbloqueando el Quirk de todos sus sucesores.
Él mismo se había considerado para poseerlo, pero con su interacción con la comisión y debido a que, no solo tenia uno, sino que dos Quirk, las cosas cambiaban drásticamente. Definitivamente no quería morir prontamente, incluso con su regeneración, temía que las consecuencias de ese poder fueran mucho mayor en su cuerpo.
Por eso, Izuku Midoriya tenia que seguir siendo el receptor de ese poder. Su personalidad lo hacia un aliado invaluable en un futuro, lo cual también era bueno... Pero ahora. ¿Qué cosas cambiarían?
Reiji reprimió una maldición mientras retrocedía un paso, como si el contacto visual con Izuku pudiera cristalizar el error cometido. Si sus palabras habían activado algo, si su intervención se convertía en una variable crítica que alterara el curso de ese destino...
'No. No puedo permitirlo'
"Olvida lo que dije" Murmuró rápidamente, bajando la mirada mientras se daba la vuelta.
"¿Eh?"
"Solo cuida tu cuaderno"
Midoriya lo observó confuso, pero Reiji ya se alejaba con paso firme, evitando cualquier nuevo contacto visual. No podía arriesgarse a decir algo más. Cada palabra adicional era una gota más en un vaso que no debía rebalsar.
Mientras doblaba en la esquina del callejón, se detuvo unos segundos, apretando los dientes. Las palabras de Hawks retumbaban en su cabeza.
"Hazte visible. Controla la narrativa."
"Genial forma de empezar..." Se murmuró a sí mismo. Visibilidad sí, pero no al punto de tocar las líneas que no debía. Aquel chico no era solo un futuro héroe. Era una columna vertebral de todo lo que vendría. Y si Reiji interfería en eso…
Podría derrumbar todo lo que ha tratado de proteger.
Tomó aire, intentando calmar su mente. Midoriya estaba ileso. No había reconocido su rostro. Era probable que lo olvidara mañana. Solo había sido una intervención fugaz. Un impulso mal calculado.
Pero… ¿y si no?
No sabía si ese encuentro tendría consecuencias, pero en su interior, algo le decía que el encuentro con Midoriya ya había dejado una marca invisible.