Chapter 3: Capítulo 02: No confíes en Bardos borrachos
El caos se apoderaba de la ciudad.
El cielo, antes despejado y pacífico, se oscureció en cuestión de segundos.
Tormentas de viento se desataron sobre Mondstadt mientras un rugido ensordecedor sacudía los cimientos de la ciudad.
Cass, Aether y Paimon corrían tras Jean, siguiendo a los Caballeros de Favonius hacia la plaza central.
Las casas temblaban con cada aleteo de la criatura en el cielo.
Stormterror había llegado.
Cass miró la escena con absoluta indiferencia.
"Así que este es el dragón problemático…" murmuró, viendo a la gigantesca criatura alada con absoluta falta de emoción en su rostro.
Aether estaba en alerta máxima, sosteniendo su espada con fuerza.
Paimon, flotando a su lado, parecía estar al borde de la histeria mientras flotaba en círculos.
"¡Paimon cree que esto es MUCHO PEOR de lo que esperaba!"
Cass suspiró.
"Oh, de verdad, ¿qué te lo hizo pensar? ¿Las ráfagas de viento que están destruyendo los edificios o el dragón gigante en el cielo?"
Paimon lo fulminó con la mirada.
"¡No necesitamos tu sarcasmo ahora mismo, Cass!"
Mientras discutían, Stormterror rugió nuevamente y lanzó una ráfaga de viento que destrozó parte de la muralla.
Cass se cubrió los ojos por el polvo y murmuró:
"Bueno… supongo que ahora sí es un problema."
Jean levantó la voz, dando órdenes con la precisión de una comandante experimentada.
"¡Refuercen la muralla norte! ¡Evacuen a los civiles! ¡Arqueros, disparen en cuanto tengan oportunidad!"
Los Caballeros de Favonius corrieron para cumplir sus órdenes.
Mientras tanto, Aether ya estaba en marcha.
Con un salto ágil, el Viajero esquivó un ataque de Stormterror y aterrizó en el tejado de una casa.
Cass lo observó con una ceja levantada.
"Huh. Así que este enano sí sabe pelear."
Paimon cruzó los brazos.
"¡El Viajero es increíble!"
Cass se encogió de hombros.
"Sí, sí. Qué gran protagonista. Ahora dime, ¿qué se supone que haga yo?"
Paimon parpadeó.
"¿P-Pelear?"
Cass la miró con el rostro más inexpresivo posible.
"…Paimon, es un maldito dragón. Esta allá arriba, y la última vez que revise no tenía alas en mi espalda."
Antes de que Paimon pudiera responder, Jean se acercó corriendo y le lanzó una lanza de repuesto a Cass.
"¡Si puedes pelear, hazlo ahora!"
Cass atrapó la lanza por instinto y miró a Jean con incredulidad.
"¿Tú también, Jean?"
"¡Deja de quejarte y haz algo útil!" respondió la Gran Maestra, antes de correr de nuevo al frente de batalla.
Cass miró la lanza en su mano.
Era… mediocre.
No era la peor lanza del mundo, pero definitivamente era una de esas que se venden en el tutorial de cualquier RPG.
Cerró los ojos y suspiró.
"Muy bien… supongo que vamos a intentarlo."
[Activando habilidad: Conversión de Lanza – Gae Bolg]
La lanza emitió un leve resplandor rojo y su estructura se transformó en una imitación de la Gae Bolg original.
Cass la giró en su mano, probando su peso.
"…Se romperá después de un par de usos, pero supongo que por el momento servirá."
Aether, desde lo alto de un tejado, bloqueó un ataque de Stormterror con su espada y retrocedió rápidamente.
Cass miró la escena con un rostro inexpresivo.
"Bien. Ahora, ¿cómo carajos ataco a un dragón gigante?"
Fue en ese momento que Stormterror rugió y agitó sus alas con fuerza.
El golpe de viento resultante envió a Cass volando como un muñeco de trapo.
"¡Mierdaaaaaaa!"
Cass giró en el aire varias veces…
… antes de aterrizar de cara contra un puesto de manzanas en la plaza.
¡CRASH!
Manzanas volaron por todas partes.
Un vendedor aleatorio miró la escena con la boca abierta.
Paimon voló rápidamente hacia donde aterrizó Cass y lo miró con una mezcla de envidia y urgencia.
"¡Cass, menos comer y más pelear!"
Cass, con la cara plantada contra una pila de manzanas, murmuró:
"Dame cinco minutos… O una mejor lanza…"
Mientras tanto, Aether seguía luchando contra el dragón.
Paimon miró la pelea con nerviosismo.
"¡Paimon cree que el Viajero necesita ayuda!"
Cass, aún en el suelo, levantó una mano.
"Sí, sí. Enseguida. Solo… espera a que el mundo deje de dar vueltas."
Pero en ese momento, algo aún peor ocurrió.
Una voz demasiado familiar se escuchó a lo lejos.
"¡Oh, vaya, vaya! ¡¿Cómo es que se están divirtiendo sin mí?!"
Cass, aún en el suelo, sintió un escalofrío recorrer su espalda.
Su expresión cambió a una pura y absoluta desgana.
No.
No podía ser.
Paimon, inocente como siempre, parpadeó.
"¿Esa no es la voz de…?"
Cass levantó la cabeza con una expresión de absoluto horror.
"No. No. No puede ser. ¡ÉL NO!"
Pero sí.
El bardo favorito de Mondstadt había llegado al campo de batalla.
Venti estaba aquí.
Cass sintió ganas de llorar.
¿Por qué este borracho tiene que aparecer en los peores momentos? De alguna manera podría apostar a que su mala suerte se debía a la presencia de este tipo.
Si no que otra razón habria para que una persona tan amable y bondadosa como el sufriera de una suerte tan nefasta.
Y lo peor de todo…
Venía con su jarra de vino en la mano.
Cass apretó los dientes.
"Si se atreve a hacer algo estúpido…"
Paimon miró a Cass y luego a Venti.
"¡Paimon cree que esto se pondrá interesante!"
Cass se cubrió la cara con las manos.
"Mierda. Ya nos maldijiste."
....
El viento rugía sobre Mondstadt mientras Stormterror seguía destruyendo la ciudad con sus ataques aéreos.
Aether intentaba esquivar y contraatacar cuando podía, pero el dragón era demasiado ágil en el aire.
Cass, aún en el suelo y con una manzana incrustada en la cara, intentaba levantarse con absoluta falta de motivación.
"…Esto no es justo."
Paimon flotaba a su lado, con una expresión preocupada.
"¡Paimon cree que deberías moverte antes de que Stormterror te vuelva a lanzar!"
Cass se quitó la manzana de la cara y se puso de pie lentamente.
Y la arrojó a un lado. Paimon con una velocidad increíble procedió a atraparla y comerla en el mismo instante.
"Sí, sí, lo que digas, hada comestible…"
"¡Paimon no es comestible!"
En ese momento, Venti aterrizó grácilmente sobre el tejado de una casa, con su jarra de vino en una mano y una sonrisa de "soy el ser más molesto de este mundo".
Cass sintió la urgencia de tirarle algo a la cabeza.
"No."
Venti inclinó la cabeza con confusión.
"¿No qué?"
Cass señaló hacia el cielo.
"No hagas ninguna estupidez."
Venti parpadeó inocentemente.
"Oh, Cass, ¿realmente crees que haría algo imprudente en una situación tan peligrosa~?"
Cass se llevó una mano a la cara, no lo conocía ni por más de un día y podía decir que era un absoluto desastre convertido en persona.
"Sí. Sí lo harías."
Antes de que pudiera continuar, Aether fue golpeado por una ráfaga de viento de Stormterror y cayó al suelo cerca de ellos.
'¡Viajero!" gritó Paimon.
Aether se incorporó lentamente, respirando con dificultad.
Cass miró la situación y suspiró.
"Bien. Se acabó el descanso, es hora de que la estrella entre a la cancha."
Volvió a levantar su lanza.
"Hora de intentarlo otra vez."
Pero antes de que pudiera moverse, Venti levantó una mano.
"Un momento, un momento, mis amigos. Creo que yo puedo ayudar aquí."
Cass sintió un escalofrío.
"No."
Venti ignoró su objeción y alzó su lira con una sonrisa confiada.
"¡Stormterror, mi viejo amigo! ¡Escucha mi melodía~!"
Cass palideció.
"¡No le cantes al Dragón, idiota!"
Pero ya era demasiado tarde.
Venti comenzó a tocar su lira con un aire dramático, como si estuviera en medio de una ópera trágica.
El sonido resonó por toda la ciudad…
Stormterror, que hasta ese momento había estado atacando a todos sin piedad, se detuvo de golpe.
El dragón se quedó suspendido en el aire, como si estuviera escuchando la música.
Cass entrecerró los ojos.
"No puede ser que… ¿Está funcionando?"
Aether se puso de pie con cautela.
"Parece que sí."
Paimon parpadeó con asombro.
"¡Paimon cree que Venti realmente puede calmarlo!"
Cass no estaba convencido.
"…O es eso, o el dragón está confundido porque jamás había escuchado una serenata en medio de un ataque, mucho menos que la letra cantada por el Bardo parezca canción de Taylor Swift."
Venti siguió tocando, con una expresión dramática en el rostro.
"Oh, Stormterror~ amigo mío~ recuerda quién eres en tu corazón~."
Stormterror parpadeó lentamente.
Los vientos caóticos parecieron calmarse por un momento.
Cass empezó a pensar que tal vez esto no terminaría en un completo desastre.
Hasta que Venti decidió dar el golpe final a su actuación.
El bardo levantó su jarra de vino y, con una sonrisa confiada, gritó con voz clara:
"¡Por nuestra vieja amistad, Dvalin! ¡Bebamos juntos como en los viejos tiempos!"
Silencio absoluto.
Cass sintió cómo su alma abandonaba su cuerpo.
"No."
Stormterror rugió con una furia aún mayor que antes. Y procedió a destruir el edificio más cercano...
La pasada donde se habían estado alojando.
Cass miró la escena con horror.
"NOOOOOOO."
El dragón agitó sus alas con fuerza y una ráfaga de viento destructiva barrió la plaza.
Aether, Cass y Paimon fueron enviados volando por los aires como muñecos de trapo.
¡CRASH!
Cass aterrizó en una carreta llena de repollos, que explotaron a su alrededor como una granada vegetal.
Aether terminó dentro de un barril de agua.
Paimon quedó atrapada en una bandera colgante.
Y Venti…
Venti, el causante de la catástrofe…
Aterrizó perfectamente de pie sobre un poste de madera, sin un solo rasguño.
Cass, con los ojos llenos de repollo, se levantó temblando de rabia.
Su lanza exigía justicia.
"…Voy a matarlo."
Paimon, colgando de la bandera, gritó:
"¡¿Qué le dijiste al Dragón, Venti?!"
Venti se rascó la nuca con una sonrisa nerviosa.
"Ehhh… parece que le mencioné un recuerdo que no le gustó mucho."
Aether, empapado y con el barril aún en la cabeza, gritó desde su posición:
"¡¿Por qué demonios intentaste invitar a beber a un Dragón?!"
Cass se sacudió los repollos y levantó su lanza con furia.
"Voy. A. MATARTE."
Pero antes de que pudiera cumplir su amenaza, Stormterror rugió una última vez y comenzó a alejarse de la ciudad.
El dragón se retiró, volando a toda velocidad hacia las montañas.
Cass miró la escena, aún con rabia contenida.
"… ¿Se fue?"
Venti se alejó lentamente de la escena esperando que nadie lo notará.
Jean apareció junto a ellos, respirando con dificultad.
"Parece que sí… pero esto no ha terminado."
Cass levanto su mano como un niño pidiendiendole permiso a una maestra.
"¿Significa eso que puedo matar a Venti ahora?"
Jean lo ignoró.
Aether salió del barril de agua, empapado y con el alma rota.
Paimon se bajó de la bandera y flotó hacia ellos.
"¡Paimon cree que esto pudo haber ido peor!"
Cass cerró los ojos.
"…Voy a fingir que no dijiste eso."
Jean los miró con seriedad.
"Necesitamos hablar."
Cass gimió por dentro.
"Genial. Porque este día no podía volverse peor."
**********
Tras el desastre que acababan de vivir, Cass, Aether y Paimon fueron escoltados a la sede de los Caballeros de Favonius para una reunión urgente con Jean.
Cass todavía tenía repollos en el cabello.
Aether aún estaba mojado.
Paimon parecía la única contenta de estar allí.
Venti, en un acto de total descaro, seguía sonriendo como si nada hubiera pasado.
Estaba sentado en su silla pataleando mientras murmuraba una canción.
Cass no le quitaba la vista de encima.
Si su mirada pudiera matar, Venti ya estaría siendo enterrado en el cementerio de Mondstadt.
Jean suspiró y se frotó las sienes.
"Muy bien… ahora que el desastre ha pasado, quiero respuestas."
Miró a Venti con una expresión seria.
"Tú. Bardo. Explica qué acaba de ocurrir."
Venti se rascó la nuca con aire despreocupado.
"Bueno~ Stormterror, o mejor dicho, Dvalin, no siempre fue así de agresivo. Antes, él protegía Mondstadt. Pero… digamos que tuvo algunos problemas de comunicación."
Cass se cruzó de brazos con escepticismo.
"¿"Problemas de comunicación"? No, amigo. Un problema de comunicación es cuando alguien se olvida de contestarte un mensaje. No cuando un dragón intenta arrasar una ciudad."
Venti chasqueó la lengua.
"Oh, vamos, no seas tan duro."
Aether, con los brazos cruzados, intervino.
"¿Y qué tiene que ver contigo?"
Venti sonrió con orgullo.
"Yo fui quien lo ayudó en el pasado. Dvalin es un viejo amigo mío."
Silencio absoluto.
Cass lo miró sin expresión.
"…Entonces, ¿por qué demonios él te odia tanto ahora?"
Venti rió nerviosamente.
"Eh… bueno, hubo algunos malentendidos."
Cass cerró los ojos por un segundo.
"Déjame adivinar. ¿Fue porque le hiciste una broma estúpida?"
Venti se quedó callado.
Cass abrió los ojos lentamente.
"…Dios mío. Fue exactamente eso, ¿verdad?"
"¿C-Como iba a saber que yo que era débil a la electricidad y al hielo?"
Cass no pudo evitar suspirar.
¿Acaso aquí las cosas funcionaban según la tabla de tipos de Pokémon?
Jean suspiró.
"Dejemos eso de lado por ahora. Lo importante es que Stormterror sigue siendo una amenaza."
Miró a Cass y Aether con seriedad.
"Voy a necesitar su ayuda para solucionar este problema."
Cass se llevó una mano al pecho con dramatismo.
"Oh, qué sorpresa. Algo me dice que no tengo opción."
Jean ignoró su comentario, un futuro candidato a esclavo corporativo no debería gruñirle a su futura jefa como un perro rabioso, tendría que educarlo a fondo en otra ocasión.
"Según Venti, hay una forma de calmar a Dvalin. Pero necesitamos encontrar las Lágrimas del Dragón."
Cass parpadeó.
"¿Perdón, las qué?"
Venti explicó con aire misterioso mientras arrojaba brillitos que tenía en su bolsillo.
"Dvalin ha estado sufriendo mucho, y sus emociones han dejado rastros físicos en el mundo. Sus lágrimas cristalizadas pueden ayudarnos a purificarlo."
Cass se quedó en silencio por unos segundos.
"Ajá… Entonces. Déjame ver si entendí."
Hizo un gesto con las manos.
"Tenemos que ir por ahí, buscando lágrimas mágicas de dragón… ¿como si estuviéramos en una maldita búsqueda de ingredientes para un té?"
Paimon asintió alegremente.
"¡Paimon cree que eso lo resume bien!"
Cass se cubrió la cara con ambas manos.
"…¿Por que esto parece cada vez más un RPG genérico?"
Aether, más práctico, asintió con seriedad.
"Bien. ¿Dónde encontramos esas lágrimas?"
Jean miró a Kaeya.
"Kaeya, ¿tienes información sobre eso?"
Kaeya sonrió con diversión, en algún momento se había sentado al lado de Cass. Su mano acariciaba suavemente su pierna enviadole escalofríos por la espalda.
"Oh, claro. Pero… quizás quiera algo a cambio."
Cass le lanzó una mirada plana mientras quitaba la mano del tipo de su pierna.
"Kaeya, si intentas coquetear conmigo otra vez, juro que voy a tirarte por la ventana."
Kaeya rió con diversión.
"Tranquilo, tranquilo. Solo bromeaba~ Aunque puede ser real si quieres, ya sabes la nación de la libertad." Comentó mientras le guiñaba el ojo.
Venti se llevó una mano al pecho.
"¡Oh, pero qué celoso me pones, Cass! Ser tan popular a tan sólo unos días de tu llegada a Monstadt, definitivamente debes ser una persona con mucha suerte."
Cass lo fulminó con la mirada.
"Tú cállate antes de que te clave esta lanza por donde no llega la luz del sol."
Jean suspiró, claramente perdiendo la paciencia.
"Kaeya. Concéntrate."
Kaeya se aclaró la garganta.
"Bien. Tengo reportes de que una de las lágrimas cristalizadas está en un campamento de Hilichurls cercano."
Cass frunció el ceño.
"Genial. Más Hilichurls bailarines."
Jean asintió.
"Entonces, su misión es clara. Recuperen la Lágrima del Dragón."
Cass miró a Aether con cansancio.
"¿Listo para otra aventura?"
Aether suspiró.
"No tenemos opción, ¿verdad?"
Cass le dio una palmada en la espalda.
"... Siempre podemos huir de la ciudad y buscar una cueva donde vivir."
Paimon voló delante de ellos con emoción.
"¡Paimon cree que será tan fácil como lo es para Cass salir volando!"
Cass se quedó completamente inmóvil.
Aether cerró los ojos.
Jean frunció el ceño.
Cass finalmente suspiró y miró a Paimon con expresión muerta.
"¿Sabes qué, Paimon? Solo por eso… algo horrible va a pasar."
Paimon se cruzó de brazos.
"¡Paimon no cree en esas supersticiones tontas! No deberias ser negativo, Cass."
Cass se giró hacia Aether.
"¿Quieres apostar cuánto tiempo tardamos en meternos en problemas?"
Aether lo pensó por un segundo.
"…Diez minutos."
Cass asintió.
"Yo digo cinco."
Jean les lanzó una mirada de advertencia, por un momento apenas reprimió su deseo de sacar dos de los collares de cuero en su cajón y entrenarlos adecuadamente como los perros que eran.
Pero con pura fuerza de voluntad lo reprimió, solo eran aventureros aún no Caballeros de Favonius, no podía entrenarlos aún.
"Por favor, tomen esto en serio."
Cass susurró a Aether.
"Traducción: "Voy trabajarlos como si no hubiera un mañana"."
Jean los fulminó con la mirada.
"Los estaré vigilando... sobre todo a ti." Comentó mientras miraba a Cass.
Por alguna razón su instinto le decía que un collar de cuero y una cadena unida a el le quedarían perfectas.
Cass trató de reír, pero en el fondo sabía que Jean no estaba bromeando.
Y así, el equipo partió en su nueva misión, listos para encontrar la Lágrima del Dragón…
**********
El equipo avanzaba por las colinas de Mondstadt, en dirección al campamento de Hilichurls donde, según Kaeya, estaba la Lágrima del Dragón.
Aether se mantenía callado, vigilando los alrededores.
Paimon flotaba alegremente, sin entender la gravedad de la situación.
Y Venti…
Venti se había colado en la misión.
Cass no tenía idea de cómo lo convencieron de dejarlo venir.
Quizás Jean le prometió que lo vigilaría para evitar que hiciera más destrozos.
Quizás Aether tenía un extraño sentido de la compasión.
O quizás Paimon simplemente estaba emocionada de tener a otro acompañante.
Lo que fuera, Cass no estaba feliz con la decisión.
"¿Por qué demonios nos sigue el bardo borracho?"
Venti rió con ligereza mientras abrazaba a Cass para mantener el equilibrio.
"¡Oh, vamos, Cass! No seas tan frío. ¡Soy un valioso aliado en esta misión!"
Cass lo miró sin expresión.
"¿Tienes un arma?"
'Tengo mi lira."
'Eso no cuenta."
"Puedo cantar para elevar la moral."
Cass parpadeó lentamente.
"Si llegamos a necesitar moral en una pelea, significa que algo salió mal."
Venti sonrió con picardía.
"Vaya, no sabía que podías ser tan dominante, Cass~."
Cass se frotó la cara con cansancio, algo le decía que pronto tendría canas.
Aether le dio una palmada en el hombro con simpatía.
Cass suspiró profundamente.
"Vamos, terminemos con esto rápido."
.....
El equipo llegó al campamento de Hilichurls sin mayores problemas.
Los Hilichurls estaban reunidos en el centro, haciendo…
Cass entrecerró los ojos.
Aether también frunció el ceño.
"No puede ser…"
Paimon voló emocionada.
"¡Paimon cree que es un festival!"
Cass cerró los ojos y tomó una respiración profunda.
"¿Por qué demonios están haciendo una obra de teatro?"
Los Hilichurls habían montado un pequeño escenario improvisado, con telones de madera y decoraciones rústicas.
Había un Hilichurl vestido como un príncipe, otro con una peluca larga y un vestido, y varios más actuando como guardias y aldeanos.
El cartel colgante decía en mal caligrafía:
"Hilichurleo y Jean-lieta "
Cass sintió un tic en el ojo.
Aether agarró su brazo.
"Cass, no lo hagas."
"Voy a quemar este maldito campamento."
"No lo hagas."
"Voy a acabar con toda su cultura en un solo día. Esta cosa es un insulto a la vista, al buen gusto, es como Emilia Pérez."
"Cass."
"Voy a reducir a cenizas cada pieza de teatro que esta especie intente crear. Son unos terroristas a nivel artístico."
Venti dio un aplauso suave.
"¡Oh! Me gusta la creatividad. Tal vez podría escribirles una canción."
Cass lo miró lentamente.
"Venti, ¿quieres terminar como mi saco de improvisado?"
Venti se rio con incomodidad mientras levantaba sus mano en señal de rendición.
"Oh, Cass, qué violento eres~."
Aether suspiró.
"Bien. ¿Cómo recuperamos la lágrima?"
Cass pensó seriamente en la respuesta.
En el centro del escenario, la "Jean-lieta" Hilichurl sostenía una gema azul brillante: la Lágrima del Dragón.
La usaban como "corazón simbólico" en la escena final.
Paimon brilló con entusiasmo.
"¡Paimon cree que podemos esperar a que termine la obra y luego la tomamos!"
Cass se rió sin humor.
"Sí, claro, esperemos sentados mientras hacen su versión de Hilichurls-kespeare."
Aether se giró hacia él.
"¿Entonces cuál es tu plan?"
Cass giró su lanza y sonrió.
"Voy a robarla en medio de la función."
Aether frunció el ceño.
"Eso suena increíblemente arriesgado."
"Por supuesto."
"Y muy irresponsable."
"Evidentemente."
"Entonces, ¿por qué lo haremos?"
Cass sonrió con calma.
"Porque después de todo lo que pasó hoy quiero emborracharme hasta el punto en que olvidé mi nombre."
Venti asintió como si no pudiera ver lo malo en ello, incluso pareció emocionarse mientras le hablaba a Cass de los distintos alcoholes que podría conseguir en Mondstatd, sus precios, calidades y más.
.....
El plan de Cass no duró mucho.
Justo cuando intentó acercarse al escenario para tomar la lágrima, un estruendo sacudió el cielo.
El viento se volvió feroz.
Los Hilichurls salieron corriendo en pánico.
Paimon gritó.
"¡¿Qué está pasando?!"
Cass levantó la mirada.
En el cielo, una sombra gigantesca descendió a toda velocidad.
Stormterror, Dvalin.
Aether maldijo.
"¡No esperaba que apareciera tan pronto!"
Cass levantó su lanza, el Dragón estaba volando bajo. ¡Finalmente tendría una oportunidad para vengarse por la humillación que le dio el Dragón hace rato!
Sostuvo la lanza en una posición de combate listo para lanzarse con todo que tenía... Y se rompió.
Cass parpadeó.
"Oh, mierda."
Mirando a su alrededor busco cualquier cosa que pudiera usar para reemplazar su lanza.
Su mirada finalmente se detuvo en Venti.
Venti pareció darse cuenta de su expresión.
"Cass… ¿qué estás pensando?"
Cass desvió la mirada hacia él.
"…Nada, nada."
No había que dejarlo sospechar nada.
Venti retrocedió lentamente.
"Cass… tu sonrisa me da miedo."
Cass dio un paso hacia él, su sonrisa era tan perversa que incluso el mismísimo Kazuma lo llamaría depravado.
"Ven aquí un segundo."
Venti cubrió su pecho con los brazos y se sonrojó.
"¡Oh no! ¿Acaso Cass desperto ciertos sentimientos ocultos por mí?"
Cass se detuvo.
"¿Qué?"
Venti desvió la mirada, con la cara roja.
"Oh, ya veo… es una de esas situaciones, ¿verdad? ¿Acaso deseas reclamarme como pago por mis deudas? ¿Usarme como tu posesión personal? ¿Seré yo el joven inocente atrapado en un destino tan cruel?"
Cass parpadeó con absoluta confusión ¿Que Diablos decía este sujeto?
Aether se llevó una mano a la cara.
Paimon se quedó en silencio, confundida.
Venti siguió divagando.
"¡Quizás este sea el destino! Yo, un joven y hermoso Bardo reducido a ser la pareja de un tipo con cara de usurero de quinta, siendo sometido cada día para satisfacer su libido interminable..."
Cass lo agarró del brazo y lo levantó como si fuera un arma.
"¡Callate de una vez quieres!"
Venti gritó.
"¡¿Q-Que?! ¡Cass, aun no he preparado mi corazón!" Venti se sonrojo aun más. "Y-Yo no tengo experiencia con otros hombres."
Antes de que pudiera protestar más, Cass lo lanzó con fuerza hacia Dvalin.
"¡Gae-Venti!"
Aether observó la escena con puro asombro.
"Dios mío."
Venti voló directo hacia el dragón.
"¡Wow, miren volar a Venti!" Paimon parecía emocionada por la escena.
Stormterror lo atrapó en el aire con sus garras. Sus ojos brillaban y su cola se balanceaba de un lado a otro.
Aether por unos instantes tuvo la ilusión de que al menos en los ojos del Dragón, Venti bien pudo haber sido un Freesby arrojado a un perro.
Cass se sacudió el polvo de las manos.
"Bien. Problema resuelto."
Aether lo miró sin palabras.
"Cass."
"¿Sí?"
"Acabas de hacer que Dvalin se llevara a Venti."
"Sí."
"¿No crees que deberíamos rescatarlo?"
Cass se cruzó de brazos y miró hacia el cielo.
"…"
"Cass."
"…Se sacrifico por el equipo, siempre será recordado como un héroe en Mondstatd."
"Cass."
Cass suspiró pesadamente.
"Dios. Odio mi vida."
Paimon chocó sus manitas con emoción.
"¡Eso significa que ahora tenemos una nueva misión! ¡Rescatar a Venti!"
Cass cerró los ojos con frustración.
"Perfecto. Más problemas."
Aether le dio otra palmada en la espalda.
"Ánimo, amigo. Esto apenas empieza."
Cass realmente se preguntó en ese momento.
¿Donde esta el alcohol cuando uno lo necesita?