Hechicero supremo en hogwarts

Aquí la segunda parte del especial. Recuerden ver mí otra novela.

Y dejen sus piedras de poder porfa.

Aggh el corrector me quito un montón de palabras ya que tenía más de 2000 y solo me dejó con 1600 detesto este corrector idiota.

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De repente, ante la sorpresa de nuestra llegada junto a un Voldemort atado y un cadáver flotando, todos guardaron silencio. Nos miraban sin entender lo que estaba pasando.

—¡Mi hijo! —gritó Amos Diggory al ver a su hijo siendo bajado suavemente al suelo, donde yacía inmóvil. Se acercó llorando y lo tomó en brazos.

—Lo siento. Yo no pude ayudarlo. Voldemort lo mató —dijo rápidamente Harry, señalando al señor tenebroso, a medio morir.

Al escuchar ese nombre, todos en las gradas comenzaron a gritar de miedo e intentaron salir del lugar.

—¡Silencio! —la voz de Dumbledore resonó en todo el lugar, haciendo que todos se calmaran.

Mientras tanto, me volví hacia Loki y le susurré algo. Él asintió y desapareció sin que nadie se diera cuenta.

—Harry, necesitas ser atendido. Por favor, dirígete a la enfermería —dijo Dumbledore mientras se acercaba y nos miraba fijamente.

—Se siente diferente —murmuró Wanda al observarlo. También notamos que mantenía su mano cerca de su varita, mirándonos a nosotros y a Voldemort con desconfianza.

—Estoy bien. Tomé unas pociones para curarme que me dieron ellos —dijo Harry rápidamente, queriendo quedarse para ver qué sucedía con Voldemort.

—¿Quiénes podrían ser ustedes? —preguntó Dumbledore con una sonrisa falsa mientras nos observaba detenidamente.

Yo solo suspiré al darme cuenta de algo.

—Somos los hermanos de Harry —respondió Wanda impulsivamente, pero Natasha la detuvo rápidamente. Parecía que también había comprendido algo.

No por nada era la mejor espía de SHIELD.

—Lo siento, somos parientes de Harry por parte materna. Venimos de América —dijo Natasha con tranquilidad, mientras Dumbledore continuaba analizándonos.

—Bien. Lo siento, entonces, pero tendrán que ser interrogados por la muerte del joven Diggory y por el secuestro de un hombre desconocido que ahora está medio muerto —dijo Dumbledore, mientras en las gradas las personas intercambiaban miradas confusas, sin comprender del todo.

—¡No es un hombre desconocido, es Voldemort! ¡Él mató a Cedric! —gritó Harry, claramente frustrado.

—Poppy, por favor, lleva a Harry a la enfermería y revisa que no esté controlado por el encantamiento Imperius —ordenó Dumbledore mientras la enfermera entraba rápidamente en acción, algo confundida.

—Este hombre no es Voldemort. Yo he peleado con Voldemort por años —dijo Dumbledore a la tribuna, mientras esta comenzaba a tranquilizarse y mirarnos con desconfianza.

—Ah, ya me di cuenta —dijo Wanda, tocándose la cabeza.

—Sí que te tardaste —se burló Tony con una sonrisa sarcástica.

Mientras tanto, Dumbledore le hizo un gesto a Fudge para que enviara a sus aurores a atraparnos.

—¿Entonces la idea es echarnos la culpa de la muerte de Cedric y luego liberar a Voldemort para que comience la guerra otra vez? —preguntó Tony, mirando a Dumbledore con desdén.

—Como dije, ese pobre hombre no es Voldemort. Y sobre la muerte del joven Diggory, deben ser interrogados para determinar si son culpables —respondió Dumbledore con frialdad, sin apartar su mirada de nosotros.

—¿Loki, lo atrapaste? —pregunté al aire, y, como respuesta, Loki apareció saliendo de las gradas con una espada apuntando al cuello de "Ojo Loco" Moody.

—Quiso escapar en cuanto vio a su amo medio muerto —dijo Loki mientras caminaba hacia el centro del lugar con el supuesto profesor.

Dumbledore, al ver eso, sacó rápidamente su varita y nos apuntó, al igual que los aurores.

—Usar de rehén a uno de mis profesores no los ayuda a parecer más inocentes —dijo Dumbledore con seriedad, aparentemente a punto de lanzar un hechizo.

Mientras tanto, las personas en las gradas comenzaron a temer nuevamente por lo que sucedía, pero algo llamó la atención de todos los presentes.

Y fue entonces que "Ojo Loco" Moody empezó a cambiar. Parecía que la poción multijugos estaba perdiendo efecto.

Volvió completamente a su verdadera apariencia, y varios lo reconocieron de inmediato.

—¡¿Barty Crouch Jr?! —gritó Fudge, confundido.

Mientras tanto, Voldemort comenzó a despertar, completamente adolorido.

—¡Malditos! ¡Malditos bastardos, los mataré! ¡Asquerosas sangres sucias! —gritó mientras intentaba moverse o usar magia, pero nada sucedía.

Ahora, todos miraban a Dumbledore, esperando ver qué decía. Pero él parecía calcular mentalmente su siguiente movimiento… el cual fue destruido por su "compañero".

—¡Dumbledore, estúpido! Estos mocosos arruinaron todo. ¡Desastre de ellos! —gritó Voldemort, mirando al director.

Al escuchar esto, todos comprendieron que Dumbledore conocía al hombre y que, de algún modo, tenían un plan conjunto.

—Suspiro... Qué idiota. Si te hubieras quedado inconsciente un rato más, podrías haber quedado libre, Tom —dijo Dumbledore, molesto, mientras todos los ojos se posaban en él.

El lugar quedó en completo silencio tras el giro inesperado de los acontecimientos.

—¿Despertaste a Voldy? —preguntó Tony, mirándome.

Yo solo le di una sonrisa.

—Ahora viene un monólogo de villano, ¿verdad? —dijo Wanda, observando a Dumbledore con interés.

—No estamos en una película o un cómic —intervino Natasha, negando con la cabeza. Pero lo siguiente la dejó en completo silencio.

—Qué más da… Parece que todo fracasó —dijo Dumbledore, poniéndose erguido y sin soltar su varita, aunque esta vez no apuntaba a nadie en particular.

—Se suponía que Tom reviviría y comenzaría nuevamente su guerra por la pureza de la sangre —empezó su monólogo, mirando a Voldemort con desdén—. Luego, bajo mi guía, el "niño que vivió" se uniría a la lucha en contra de esos principios. Formaría un ejército y, para sostenerlo, se necesitaría mucho dinero.

Todos escuchaban con atención, impactados.

—Y luego, simplemente, el "niño que vivió" moriría a manos de Voldemort, quien destruiría a su ejército con facilidad. Entonces, yo desaparecería de Inglaterra, dejando a Voldemort gobernar el mundo mágico.

—¿Y qué ganabas tú con todo eso? —preguntó McGonagall, furiosa.

—El dinero que el ejército no pudo usar. ¿Entiendes, Minerva? Después de tantos años protegiendo este inmundo lugar, solo quería jubilarme tranquilamente en una isla paradisíaca —dijo con una sonrisa sarcástica.

—¡Pero tú eres Dumbledore! ¡Deberías ser rico! ¡Deberías protegernos! —gritó Molly Weasley desde la distancia.

—¿Protegerlos? ¿Para qué? ¿Para ser observado todo el tiempo porque temen mi poder? Ni siquiera en mi propia escuela tengo todo el control —dijo Dumbledore con molestia—. Y, después de tantos años, ¿recibí algún pago por ello? Mi dinero se fue hace tiempo.

—Ah, ya veo… Lo gastaste en pociones ilegales, ¿verdad? —dije, comprendiendo la extraña sensación que tenía al verlo. Además, su cuerpo se notaba desincronizado con su magia.

—Es cierto, joven —respondió tranquilamente, sin importarle que lo acabara de desenmascarar—. Ahora veo cómo rompieron mi plan de tantos años tan fácilmente.

—No. Nosotros llegamos literalmente recién —dijo Wanda, aunque Dumbledore no pareció escucharla y continuó hablando.

—Desde el principio controlé al joven Weasley para que Potter se hiciera su amigo y, más tarde, se uniera a los traidores a la sangre en la guerra —dijo mientras Molly Weasley se quedaba boquiabierta.

—¡¿Controlaste a mi hijo?! —gritó Molly, intentando abalanzarse sobre Dumbledore, pero su esposo la detuvo, recordándole que seguía siendo un gran mago.

—Sí, pero, como disculpa, al año siguiente hice que Harry salvara a tu hija. De esa manera, se enamorarían, y ustedes podrían recibir algunas monedas sobrantes tras la muerte de Harry —dijo como si fuera un acto noble.

—¡¿Disculpa?! ¡¿Poner a nuestra hija en peligro?! ¡No queremos ese dinero! —gritó Arthur Weasley, furioso.

Incluso comenzó a cuestionarse si la cercanía de Harry con su familia había sido solo parte de un plan.

—Intenté que Harry se sintiera como en casa en el mundo mágico. Incluso traje a personas que lo querían de niño para no sentirme tan culpable por su muerte —continuó Dumbledore, como si justificara sus actos—. Incluso envié a Fudge a Azkaban para que Sirius Black viera el diario y escapara para reunirse con su ahijado.

—¡Mentirosos! —gritó Harry, que había llegado hace rato y escuchado todo, sorprendido.

—Esto parece una película —dijo Wanda, comiendo palomitas y ofreciéndoles a los demás.

—Ya no importa. No tengo nada que perder, Harry —dijo Dumbledore con tristeza fingida. Entonces levantó su varita y nos apuntó—. ¡Fiendfyre!

De su varita salió un hechizo de fuego, pero yo abrí un portal al mar, redirigiéndolo.

—¡Expelliarmus! —gritó Harry, desarmándolo con facilidad. Bueno, al menos a esta versión debilitada de Dumbledore.

Los aurores no tardaron en capturarlo, mientras Fudge suspiraba.

—Albus, qué tontería hiciste… —dijo Fudge mientras miraba al derrotado director.

—Gracias por atrapar a Voldemort. Casi comienza una guerra donde muchos morirían —dijo, dándonos la mano con aire profesional. Luego, ordenó a los aurores que capturaran a Voldemort.

—¡Idiotas, soy inmortal! Volveré. ¡No hay nadie que pueda detenerme! —gritó Voldemort.

—Cierto, eso —dije mientras abría un portal y varios objetos oscuros caían al suelo frente a nosotros.

—Harry, ven un segundo —le hice señas al confundido chico.

—¿Qué sucede? —preguntó, acercándose.

—Esto te va a doler un poco, pero tienes un horrocrux en la frente y voy a sacarlo —expliqué con calma.

—¿Horrocrux? —preguntó Harry, confundido.

—Eso es imposible. Necesitamos un profesional —dijo McGonagall rápidamente, rechazando la idea.

—Está bien, no le hará daño a Harry. Solo dolerá un poco —respondí, pero Harry habló antes que ella.

—Hazlo —dijo con determinación.

Sin más, le di un golpe en la frente. Humo negro comenzó a salir de su cicatriz, acompañado de un grito agudo. Harry apretó los dientes, soportando el dolor sin emitir un solo grito.

Cuando todo terminó, su cicatriz había desaparecido y, con ella, la porción del alma de Voldemort.

Con un movimiento de mi mano, un portal apareció, y del interior saqué el Sombrero Seleccionador.

—¿Qué ocurre, muchacho? No te conozco… —dijo el sombrero, pero lo ignoré y saqué la espada de Gryffindor.

—¡La espada de Gryffindor! ¡Imposible! —exclamó McGonagall, sorprendida.

—Bueno, profesora, yo también soy un Gryffindor —dije con una sonrisa.

—Y yo también —añadió Wanda.

—Toma, Harry. Usa esta espada para destruir cada horrocrux, incluida la serpiente —dije, señalando los objetos oscuros.

Harry no perdió tiempo. Con enojo por todos los años de sufrimiento, comenzó a destruir cada uno de los horrocruxes, mientras nosotros lo protegíamos.

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un dumbledore malvado jajaja lo hice bastante simple después de todo es un especial. Aunque adicto a las pociones me causo gracia la manera en la que lo tuve que rebuscar jajajaja perdón.