Chapter 104: "El caos antes de la selección"
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El caos antes de la selección
Hoy fue el día en que Dumbledore puso el Cáliz de Fuego en el centro del comedor. Mientras hablaba sobre la línea de edad y todo eso... bueno, la verdad no sé mucho de lo que dijo porque no estaba prestando atención. Después de todo, más o menos sabía de qué se trataba.
Por lo que toda la semana estuvimos viendo a los alumnos poner sus nombres después de clases.
Mirar a las personas pasar de vez en cuando para depositar su nombre en el Cáliz de Fuego era bastante aburrido, pero decidí quedarme para ser parte de ello.
El primero fue, obviamente, Krum, actuando todo orgulloso y narcisista.
—¿Estás seguro de que no quieres competir? —preguntó Fleur, sentada a mi lado mientras escribía su nombre en un papel.
—¿De verdad quieres que compita? Tal vez Dumbledore y los directores terminen uniéndose para equilibrar los niveles —dije riendo.
—Solo preguntaba como buena novia. No quiero competir contra ti… haces trampa —dijo mientras se levantaba con una sonrisa y se acercaba al Cáliz de Fuego bajo la mirada de todos.
—¡Oye, yo no hago trampa! ¡Solo soy más fuerte! —grité mientras Fleur me hacía gestos desde el centro del comedor.
Luego de poner su nombre, todos los alumnos aplaudieron emocionados.
En eso, vimos cómo los muchachos de Hufflepuff empujaban a Cedric para que pusiera su nombre. Este se hacía de rogar, pero ya tenía su nombre escrito en un papel, por lo que se acercó rápidamente y también lo depositó en la copa.
Nuevamente, los estudiantes comenzaron a aplaudir emocionados.
—Estos tipos sí que están bastante emocionados por ver una competencia mortal, ¿verdad? —dije mientras miraba a todos los alumnos de Hogwarts.
En eso, llegaron George y Fred, bastante felices, con pociones en las manos.
—Encontramos la manera —dijo Fred mientras sacudía la poción.
—No va a servir —dijo Hermione, mirándolos como idiotas.
—¿Por qué piensas eso, enana número tres? —preguntó George, usando el apodo antiguo que usábamos cuando ellos estaban en primer año.
—¡No me digas así! Y... ¿ves esa línea? La dibujó el mismísimo Dumbledore. ¿Piensas que una simple poción podrá romperla? —dijo, señalando la marca en el suelo alrededor del Cáliz de Fuego.
—No lo sabremos si no lo intentamos —dijeron rápidamente los gemelos mientras se paraban uno frente al otro.
—Hasta el fondo —dijeron, tomándose sus pociones y luego saltando dentro de la línea de edad.
Todos quedaron en silencio por un segundo y, al ver que no salieron despedidos, comenzaron a aplaudir mientras los gemelos actuaban con orgullo y se movían alrededor del Cáliz con una sonrisa engreída.
—¿Cuántos metros crees que volarán esta vez? —preguntó Tony, acercándose, ya que fuimos testigos de otros alumnos de Ravenclaw que tuvieron una idea similar y terminaron volando hasta la puerta del comedor mientras se convertían en ancianos.
—La misma distancia, pero esta vez les crecerá la barba —dije tranquilamente.
—Oye, mirar el futuro es aburrido —dijo Tony, molesto.
—No miré el futuro. Es bastante obvio —dije con calma.
Luego vino exactamente lo que había dicho. Los gemelos intentaron poner sus nombres en el Cáliz, y este los expulsó fuera de la barrera. Tras levantarse, una gran barba blanca empezó a formarse en ambos, quienes, molestos, comenzaron a pelear entre sí mientras rodaban por el suelo echándose la culpa.
—Está bien, señores Weasley, pueden ir a la enfermería donde los otros alumnos están siendo atendidos. Aunque su barba es bastante buena… incluso mejor que la mía —dijo Dumbledore, apareciendo junto a los otros directores, quienes parecían haber estado observando toda la escena.
—Bien, quedan solo cinco minutos. Los alumnos que todavía quieran competir pueden poner su nombre —dijo Dumbledore con una sonrisa.
—Aah, estoy aburrida —dijo Wanda, ya que no le interesaba esto de mirar gente pasar de vez en cuando para que luego todos aplaudieran como idiotas.
—¿Cuántas veces dijo que estaba aburrida esta semana? —pregunté a Harry, que estaba sentado a mi lado.
—No lo sé... tres, creo —dijo Harry mientras contaba con sus dedos. Al decir el número exacto, comenzó a palidecer.
—¿Qué? ¿Estás seguro? —preguntó Tony rápidamente, poniéndose nervioso. Rápidamente fue a buscar a Loki y lo trajo con nosotros.
—Tú, que tienes buena memoria… ¿cuántas veces dijo Wanda que estaba aburrida esta semana? —preguntó Tony apresuradamente.
—Esta semana lo dijo dos veces solamente —dijo Loki rápidamente mientras recordaba.
—Fiu, entonces esta es la segunda solamente —dijeron Harry y Tony mientras se secaban el sudor imaginario.
—¿Esta vez? La segunda vez lo dijo antes de caer enferma… —dijo Loki sin comprender.
—¡Mierda! Stephen, atrápala —dijo Tony rápidamente mientras se giraba con rapidez para mirarme.
Mientras tanto, yo estaba viendo todo bastante divertido, ya que los tres mantenían la cuenta de las veces que Wanda decía que estaba aburrida porque sabían que, a la tercera, haría algo tonto que terminaría atrapándolos a ellos. Por mi parte, no me molestaba, ya que podía decir que me divertía con su sufrimiento.
—Nope. Ya es tarde —dije mientras apuntaba a Wanda, quien corría hacia el Cáliz de Fuego a toda velocidad. Una velocidad inhumana que dejó a los directores y profesores sorprendidos.
Mientras tanto, la abuela Perenelle y Natasha simplemente sacudían la cabeza, sabiendo que haría alguna locura. Pero no iban a impedirlo, ya que, en la escuela, mientras no hiciera algo malo, la dejaban libre. Si no, sería peor.
—Si vamos a hacer una competencia, que sea igual para todos —dijo mientras usaba un hechizo que arrancó un cabello de cada alumno presente en el comedor, sin importar si eran mayores o menores de dieciséis años.
Por supuesto, yo agarré el mío antes de que llegara a Wanda, mientras que Tony y Loki lograron destruir los suyos. Harry, que no reaccionó a tiempo, vio cómo su cabello voló hacia las manos de Wanda, donde se transformó antes de tocarla, volviéndose un papel con su nombre escrito, al igual que el de los otros alumnos.
Wanda rápidamente los metió en el Cáliz de Fuego como si hubiera encestado un balón.
Todo pasó tan rápido que todos quedaron atónitos, sin comprender por unos segundos.
Luego, el Cáliz se iluminó de otro color, mostrando que el tiempo para poner los nombres había terminado.
—¿Qué acaba de hacer? —preguntó un alumno de Gryffindor, mientras otro de Ravenclaw respondió nervioso:
—Creo que acaba de anotarnos a todos para participar en la selección de los campeones… —dijo, mientras los demás empezaban a ponerse igual de nerviosos.
—¿Qué? —dijeron algunos que no entendieron bien, pero cuando se dieron cuenta, comenzaron a temblar. Lo que sabían de los anteriores torneos eran batallas duras e incluso que algunos habían perdido la vida.
—Jajaja, ahora todos tenemos las mismas probabilidades —dijo Wanda con una sonrisa mientras caminaba tranquilamente bajo la mirada de todos.
Entonces, los alumnos enloquecieron. Algunos con miedo a ser elegidos, mientras que otros estaban alegres, ya que antes no podían competir debido a la línea de edad, sobre todo los Gryffindors. Los Ravenclaw, en su mayoría, comenzaron a orar para no ser elegidos, ya que ellos eran investigadores, no luchadores.
—¡Silencio! —dijo rápidamente Dumbledore, calmando el griterío—. Recuerden que el Cáliz de Fuego solo permite que el estudiante escriba su propio nombre. No funciona si otro escribe su nombre por ustedes —agregó, tranquilizando a los alumnos.
Todos se calmaron mientras Wanda se sentaba, molesta con Dumbledore.
—Tsk, Dumby arruinó la diversión —dijo Wanda, molesta, ya que quería que todos sintieran miedo por la posibilidad de ser elegidos.
—Eres un demonio —dijo Tony, mirando a Wanda.
—Aun así, es muy probable que Harry termine siendo elegido —dije tranquilamente, atrayendo la atención de todos.
—Pero Dumbledore dijo… —Hermione comenzó a hablar.
—Sí, ya sé lo que dijo, pero estamos hablando de Harry —dije, deteniéndola al tirar de sus mejillas.
—¿Entonces yo también podré ser elegido? —preguntó Ron sin comprender nada.
—No lo creo —dije, rompiendo sus sueños.
—Después de todo… es Harry —dijo Wanda, burlándose de él.
Harry se veía molesto.
—Es probable que alguien haya puesto el nombre de Harry hace mucho tiempo —dijo Tony, pensativo.
Ya todos sabíamos más o menos cómo se comportaba el mundo mágico, por lo que era fácil de predecir, incluso sin mirar el futuro.
—¿Entonces todos están actuando como si Harry ya fuera el elegido? —preguntó Fleur, mirándonos.
—Bueno… es Harry —respondí tranquilamente y sin compasión.
—El niño se mete en problemas incluso si los problemas no son suyos —dijo Tony con la misma calma.
—Me recuerda a un idiota con mazo… siempre metiéndose en problemas —dijo Loki, recordando a Thor de joven.
—Harry estará bien. Es entrenado por todos nosotros cuando estamos aburridos —dijo Wanda, dándole palmadas a Harry, quien seguía molesto.
—Aún no estamos seguros de si alguien manipuló el Cáliz para que yo termine compitiendo —dijo Harry, molesto. Aunque parecía más como si intentara convencerse a sí mismo, porque incluso él debía de tener un mal presentimiento.
—Harry —dije, atrayendo su atención hacia mí.
—¿Qué? —preguntó rápidamente, mirándome esperanzado, tal vez queriendo que lo ayudara. Pero como su hermano mayor, tenía que dejarlo crecer.
—Es Halloween —dije con una sonrisa.
La cara de Harry pasó de la confusión al entendimiento, y luego mostró visiblemente su molestia.
—Mierda… —dijo cuando se dio cuenta.