Chapter 11: Capitulo 11: Decision [2]
La sala de entrenamiento subterránea estaba aislada del resto del campus. Ni un solo sonido escapaba de sus muros reforzados, ni siquiera el impacto sordo de un cuerpo cayendo sobre la colchoneta o el silbido cortante de la sangre al dividir el aire.
Reiji exhaló lentamente. Una nube blanca escapó de su boca, disolviéndose en el aire frío de la habitación.
Frente a él, seis muñecos de acero, activados por sensores, lo rodeaban en formación semicircular. El pitido agudo de inicio retumbó por los parlantes ocultos.
Se movió.
Su sangre emergió sin esfuerzo, en forma de látigos y lanzas, danzando con una precisión imposible. No había error, no había duda. Tres de los muñecos fueron atravesados antes de que el primero pudiera simular un ataque.
El cuarto alcanzó a lanzar una descarga eléctrica simulada. Reiji desvió su trayectoria con una lámina curva de sangre solidificada. Giró sobre un talón, esquivó otro golpe, y golpeó al último maniquí con una aguja que atravesó la ranura de su cuello mecánico.
Diez segundos. Todos fuera de combate.
El cronómetro digital lo mostró en rojo, parpadeando. No era su mejor tiempo. Pero era constante. Eficiente.
"Te estás conteniendo otra vez"
La voz familiar retumbó desde el balcón de observación. Reiji alzó la vista. Hawks lo observaba con los brazos cruzados, apoyado despreocupadamente en la baranda. Aunque ahora llevaba un uniforme oficial, su actitud no había cambiado. Sonreía con el mismo aire burlón, pero sus ojos eran más afilados.
"No me estoy conteniendo" Dijo Reiji, secándose el sudor con el dorso del brazo. "Estoy controlando"
"Controlar, contenerse. Es lo mismo para la comisión"
Hawks descendió con un suave batir de alas. Sus botas tocaron el suelo con un leve crujido. Caminó entre los muñecos destrozados y asintió con aprobación.
"¿Sabes qué me dijo la Comisión hoy?" Preguntó sin mirarlo. "Que ya puedes enfrentar casos simulados nivel Avanzados. Incluso me preguntaron si eras apto para campo real"
"¿Y qué respondiste?"
"Que aún no sabes elegir cuándo matar."
Reiji asintió en entendimiento, sabia que lo que estaba haciendo inevitablemente lo llevaría en ese camino.
Habían pasado tres años desde que aceptó la oferta de Hawks. Tres años desde que Himiko y él obtuvieron esa beca "milagrosa" para una secundaria privada, moderna y equipada como ninguna otra. Tres años en que su familia creyó que simplemente era un niño brillante, mientras él se ausentaba varias veces a la semana bajo excusas médicas o académicas.
Excusas falsas. Todas autorizadas por la Comisión.
Porque bajo esa escuela perfecta había un laberinto de salas, cámaras, oficinas. Un mundo oculto, donde Reiji era entrenado día a día para convertirse en una herramienta más de las tantas que disponía la organización.
"La Comisión quiere resultados" Dijo Hawks, con un tono más suave ahora. "Y se que eres capaz de hacerlo, diría que incluso estas más preparado que yo... Pero prefiero que vivas tu vida un poco más, una vez que empiezas a aceptar casos reales, las cosas cambian de verdad"
Hawks hizo una pausa.
"Me convertí en un héroe profesional hace un año" Dijo, sin necesidad de adornos. "La Comisión me ayudó con todo. Agencia, permisos, cobertura mediática… Dijeron que mi visión del mundo era única. Que yo era el tipo de activo que no se puede desperdiciar"
Hizo un gesto con los dedos, una especie de comillas en el aire al pronunciar "activo". El gesto le quitaba formalidad, pero no el peso.
"¿Y puede que te remplace?" Dijo Reiji, sin rastro de sarcasmo.
"No, lo sigo siendo mientras les sea útil" Respondió Hawks, esta vez sonriendo. "Pero lo que quiero que entiendas, Reiji, es que ese camino tiene un costo. Cada vez que te pones el uniforme, aunque sea simbólicamente… pierdes algo"
Reiji bajó la mirada. Hawks solía llamarlo por su nombre solo para cosas serias, como en este caso.
"El día que acepté formar parte de la Comisión" Continuó Hawks, dando pasos lentos alrededor de él "no sabía lo que realmente significaba. Pero me entrenaron para verlo. Para notar lo que los héroes tradicionales no pueden ver. Tráfico de información. Corrupción en los altos mandos. Ni siquiera los villanos más peligrosos son tan jodidos como las cosas que se ocultan bajo las alfombras brillantes de la sociedad."
Se detuvo justo frente a Reiji.
"Tú ya sabes eso, ¿no? No puedo decirlo con palabras, pero era como si tu mente no estuviera en sincronía con tu cuerpo, eras... Eres mucho mayor de lo que deberías" Dijo de forma casual, Reiji no se sobresalto. Sabia que Hawks era observador, muy analítico a pesar de su personalidad relajada. Pero no le diría exactamente que había vivido dos vidas, si es que la primera vez pudo decirle vida.
"Ya empiezas a sonar como mi hermano mayor, ¿No crees?" Pregunto con una sonrisa ladeada, una que rara vez muestra. Ni siquiera a sus padres le tenia tanto afecto como a Hawks, a diferencia de ellos, la persona frente suyo es alguien que entendía perfectamente el mundo y como las cosas cambian fácilmente, un amigo de confianza, casi un hermano.
"Y por eso te quiero preparado. No solo físicamente. No solo con tu Quirk. Quiero que tengas criterio. Porque algún día vas a tener que tomar decisiones que no tienen un lado correcto"
Volvió a caminar hacia los sensores de la sala. Tocó un panel y apagó todos los muñecos restantes con un simple código. La luz cambió ligeramente, pasando de un blanco clínico a un ámbar más tenue.
"Hoy eres más fuerte que nunca, y eso me enorgullece, Reiji. Pero sigue habiendo algo que no puedes perder: tu razón. Tu motivo" Siempre hablaba filosóficamente, tenia un don único para hacerlo reflexionar.
"¿Himiko?"
"Ella, tú mismo, el mundo que quieres proteger… No importa cuál elijas. Solo asegúrate de que sea tuyo."
El silencio volvió a adueñarse del lugar. Esta vez más cálido. Casi fraternal.
Reiji dio unos pasos y se sentó en el borde de la colchoneta. Sus músculos dolían, pero no más que su pecho.
"¿Tú tenías un motivo?"
"Lo tenía" respondió Hawks. "Y luego se volvió parte de mí. La idea de que podía cambiar las cosas sin que nadie lo supiera. Ser la sombra que sostiene la luz"
Reiji sonrió apenas. "Poético para alguien que se la pasa haciendo chistes malos."
Hawks soltó una carcajada breve. "Hey, la poesía y el sarcasmo no son mutuamente excluyentes."
Después de eso, ambos guardaron silencio por unos minutos. Hawks caminó hacia un casillero cercano y sacó una toalla junto a una bolsa que contenía sangre fresca, lanzándosela a Reiji. Este la atrapó al vuelo.
Sabían perfectamente el impulso de Reiji y lo mantenía controlado sin problema, para personas que podían desaparecer héroes profesionales de un día para otro, conseguir un poco de sangre para su mejor proyecto no era algo difícil.
"¿Entonces?" preguntó Hawks. "¿Quieres seguir?"
Reiji no dudó. "Sí."
Hawks asintió, satisfecho. "Entonces prepárate. La próxima etapa será diferente. Menos teoría, más campo. Te entrenarán en observación, infiltración, lectura de lenguaje corporal, falsificación, huellas, espionaje digital. Todo lo que no sale en los libros escolares de héroes."
Se inclinó hacia él.
"Y cuando llegue el momento… harás tu primer trabajo real."
Reiji no contestó. Hawks le revolvió el cabello como a un hermano menor. "Ya casi estás, Reiji. Solo no te apresures en crecer. Créeme, ser adulto viene con más papeleo del que vale"
Ambos rieron suavemente. Era un sonido raro en esa sala.
***
Reiji entró a su casa dejando su mochila en el suelo sin demasiado cuidado. Su uniforme escolar estaba ligeramente arrugado y el cuello desabrochado. Apenas cerró la puerta, escuchó la voz de Himiko detrás de él.
Se sobresalto ligeramente, incluso con sus sentidos entrenados y preparados para estas cosas, no pudo notar su presencia.
'Tiene un talento natural para esto... Con razón se hizo tan fuerte por su cuenta'
"¿Tuviste entrenamiento nuevamente?" Preguntó con el ceño fruncido, los brazos cruzados sobre su pecho. Aunque aún conservaba esa expresión de hermana mayor preocupada, la diferencia de altura entre ambos volvía la escena casi cómica. Reiji había crecido rápido. Demasiado rápido.
Él con doce años y ella con catorce, aun así las cosas parecieran ser que Reiji fuera el mayor.
"Sí, ya sabes eso. ¿Por qué lo preguntas?" Respondió, sin detenerse a mirarla mientras se encaminaba a la cocina por un vaso de agua.
"Porque no se supone que faltes a todas tus clases como si nada..." Insistió ella, siguiéndolo con pasos ligeros pero firmes.
Reiji bebió en silencio. El agua estaba fría, justamente lo que necesitaba en un día caluroso.
"Lo tengo controlado" Dijo al fin, dejando el vaso en el fregadero. "La Comisión cubre todo. Incluso mis tareas, además no es como que no estudie... Solo lo hago en cosas más útiles"
Himiko lo miró en silencio. La rabia no era lo que se acumulaba en ella, sino otra cosa. Frustración. Soledad. Tal vez algo peor.
"Eso no es normal, Reiji. Y tú lo sabes. Pero actúas como si todo esto fuera solo... parte del plan"
Reiji esbozó una sonrisa cansada. Una de esas que no llegan a los ojos. No era una escena nueva esta de Himiko preguntándole cosas y el evadiendo todo, le había contado algunas cosas pero no podía hacerlo todo.
'Estoy entrenando para ser un asesino básicamente, no te puedo decir eso...'
"Porque lo es"
"No lo es para mí" Respondió ella sin dudar. Dio un paso al frente y le clavó el dedo en el pecho. "¿Sabes qué es para mí? Es que cada día te separes más de mi, de todo..."
Él la miró entonces. No como un agente en formación. No como alguien al borde de convertirse en un arma. Sino como un niño de doce años que había crecido demasiado pronto.
"Lo hago para protegerte"
"¡Yo no quiero que me protejas así! ¡Se supone que tiene que estar cerca para hacerlo!" Gritó Himiko, y acto seguido, sin advertencia alguna, le mordió el hombro.
"¡Agh! ¿Otra vez con eso?" Se quejó Reiji, retrocediendo un paso mientras se llevaba la mano a la zona afectada. No era la primera vez que su hermana usaba sus dientes como método de protesta. Ella, sin embargo, solo infló las mejillas como si tuviera razón absoluta.
"Es mi castigo oficial. Por actuar como adulto cuando no debes"
Reiji soltó una carcajada leve, con la cabeza gacha. Entonces extendió su mano y desordenó el cabello rubio de su hermana, como Hawks solía hacer con él.
"Gracias por preocuparte, Himiko."
Ella bufó, aunque una sonrisa se coló en la comisura de sus labios. "De nada. Pero me debes un almuerzo por cada clase que te saltas."
"Eso sería arruinarme."
"Entonces empieza a asistir, tonto"
Reiji ya se había dado media vuelta, dispuesto a subir a su habitación, cuando escuchó su voz nuevamente, esta vez más suave.
"Reiji..."
Él se detuvo, con una ceja alzada y la mirada de reojo.
"¿Qué pasa ahora? ¿Otro castigo emocional? ¿Un sermón extra?" dijo con tono burlón, aunque su sonrisa era sincera.
Himiko negó lentamente con la cabeza, jugueteando con un mechón de su cabello.
"¿Tienes algo de sangre?"
La pregunta fue directa, pero no incómoda. Casi como quien pide un dulce antes de la cena.
Reiji no respondió de inmediato. Giró el cuerpo por completo, observando a su hermana. La luz del atardecer que entraba por la ventana le daba un tono dorado a su rostro, haciendo que esa expresión mezcla de ternura y necesidad se grabara en su mente.
"¿De verdad la necesitas? Creí que estabas más estable últimamente."
"Lo estoy..." Himiko desvió la mirada, algo avergonzada. "Pero hoy fue un poco más difícil. No sé por qué."
Se quedó en silencio un segundo, luego alzó los ojos hacia él con una sonrisa tímida.
"Esta bien, aunque deberías darme algo de comer para reponer. Hoy estoy bastante agotado"
Reiji suspiró, pero no de molestia. Era más un gesto resignado, como el de alguien que sabía que esta clase de pedidos eran inevitables. Los ojos de Himiko brillaron, asintiendo repetidamente mientras caminaba a donde Reiji, que se destapo su antebrazos, la chica frunció el ceño.
"Del cuello... Sale más..." Dijo casi como una exigencia, mientras se sonrojaba ligeramente de la vergüenza.
Reiji la miró con una mezcla de incredulidad y resignación. Ladeó la cabeza apenas, exhalando por la nariz.
"¿Otra vez con eso? ¿No habíamos quedado que los brazos eran más prácticos?"
Himiko desvió la mirada, inflando un poco las mejillas con infantil terquedad.
"Es solo un poco... además, el sabor cambia dependiendo de la zona, ¿sabías? Es como... como si tuviera matices" Sus dedos se entrelazaban detrás de su espalda, y aunque hablaba con seguridad, el leve sonrojo en sus mejillas delataba su vergüenza profunda.
'Lo sé perfectamente Himiko, el cuello es más fácil de perforar y encontrar una arteria rica en sangre...'
Reiji se quedó en silencio unos segundos más, luego soltó un suspiro final y se encogió de hombros. Con un solo gesto, desabrochó el primer botón de su camisa escolar y ladeó ligeramente la cabeza, exponiendo el costado de su cuello.
"Está bien. Solo un poco"
Himiko asintió en silencio, pero sus ojos brillaron con una mezcla de emoción contenida y ternura. Se acercó con pasos suaves, casi reverentes, y cuando estuvo lo bastante cerca, colocó con cuidado las manos en los hombros de su hermano.
Sus colmillos rozaron la piel caliente antes de perforarla con precisión. No hubo dolor, o si lo hubo, Reiji no lo mostró. Solo se mantuvo quieto, apoyando una mano contra la encimera para estabilizarse mientras el pulso se ralentizaba.
Himiko bebió con lentitud. Ya no era la misma que de niña, que se dejaba arrastrar por el impulso. Ahora se contenía. Disfrutaba el momento como si fuera algo sagrado. Y quizás, para ella, lo era.
Cuando se separó, dejó escapar un leve suspiro, sus mejillas todavía teñidas de ese leve rubor que no se le iba.
"Gracias..." Murmuró, casi en un susurro.
Reiji se abrochó el cuello de nuevo y le dio una palmada en la frente.
"Espero que eso valga por tres almuerzo"
Ella sonrió, más calmada, como si ese pequeño ritual entre ambos hubiera restaurado algo en su interior.
"Valió por dos"
"Estafadora"
Ambos rieron con suavidad. Y por unos instantes, todo lo demás quedó en pausa. El mundo, la Comisión, los secretos, los impulsos, las mentiras piadosas. Todo se diluyó entre la confianza silenciosa que los unía.
Reiji caminó hacia las escaleras, y antes de subir, dijo sin girarse:
"Avísame si alguna vez lo necesitas más... Pero prométeme que no lo vas a hacer con nadie más"
"No quiero a nadie más"
La respuesta fue inmediata. Y tan firme que se quedó suspendida en el aire, cargada de un sentimiento que Reiji no quiso tomar en cuenta.
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