Chapter 44: Capitulo 44: U.S.J [1]
El amanecer apenas rozaba los bordes de la ventana cuando Reiji abrió los ojos con una sensación extraña en el cuerpo. No era dolor… era presión. Un calor envolvente, palpitante. Ajeno, pero familiar.
Tardó unos segundos en comprender dónde estaba.
Y con quién.
El brazo izquierdo de Himiko descansaba sobre su pecho, sus dedos enredados con descuido en la tela arrugada del pijama. Su respiración era pausada, tranquila. Dormía profundamente. Llevaba puesto un camisón grande —probablemente uno de los suyos—, tan holgado que dejaba entrever parte de su ropa interior cuando se movía. Las bragas eran simples, casi infantiles, pero nada en la escena tenía inocencia.
Su cuerpo se había colado entre las sábanas durante la noche y ahora se aferraba a él con la naturalidad de alguien que siempre había pertenecido allí.
Una de sus piernas estaba cruzada sobre su cadera, lo bastante alta como para rozar zonas sensibles que Reiji preferiría ignorar. Su rostro descansaba contra el cuello de él, respirando justo bajo su mandíbula. El camisón se había subido un poco, dejando al descubierto parte de su muslo y la curva suave de su cintura.
Reiji no se movió.
No apartó la mano que, sin querer, había quedado enredada sobre la parte baja de su espalda, estando peligrosamente de su prominente figura de melocotón. Ni cambió la postura que los mantenía tan cerca que podía sentir cada latido, cada inhalación. Solo cerró los ojos un instante más, dejando que la escena se grabara en su memoria con brutal honestidad.
'Himiko de nuevo...' Pensó, aunque esta vez no estaba ese fastidio habitual cada vez que hacia esto. Sus sentidos y cuerpo nunca la rechazo, eso lo tenia claro. El hecho de que se colara en su habitación, se acurrucara junto a él y que él no se enterara, claramente había algo de eso que no era normal.
Reiji levanto la mano, la intención era clara. Despertarla con ligeros toques en el hombro, pero al ultimo momento se arrepintió. ¿Quién los estaba viendo para decir que esto era inapropiado? ¡Ni siquiera sus padres se preocupaban por la cercanía siempre mostro hacia él!
En este mundo, casarse entre hermanos no era tan malditamente raro como en la vida pasada de Reiji. Por decirlo de alguna manera, era equivalente a casarse entre primos. Los Quirks habían cambiado ciertas reglas, y para conservar una linea fuerte, muchas familias mantenían los genes entre familiares.
Aun así, Reiji nunca lo pensó así...
El roce de su pierna contra su cadera le recordó que su cuerpo también respondía. A pesar del entrenamiento mental, del control, de los límites que él mismo había intentado colocar entre ambos, su cuerpo seguía siendo el de un adolescente. Uno que sentía. Uno que deseaba.
La mano aún estaba ahí. Apenas separada de donde comenzaban las curvas más pronunciadas de su hermana. Bastaba con mover un solo dedo para cruzar esa línea invisible. Pero no lo hizo.
'Que más da todo esto... Mañana probablemente amaneceré igual, y pasado mañana también, y así sucesivamente'
Bajó la mano con un suspiro mudo. Su mirada se perdió en el techo por unos segundos, hasta que Himiko se removió ligeramente, apretándose más contra él, como si sintiera su duda.
"Mmm… estás caliente" Murmuró con una sonrisa inconsciente, al medio de su extraño sueño. Sus mejillas se sonrojaron, a la vez que su cuerpo se subia un poco más en el cuerpo de Reiji.
Su cadera trepo más por costado, sus piernas lo envolvieron como un koala y sus pechos quedaron pegados a su costado mientras su rostro quedaba peligrosamente cerca. Su mano, aun presa bajo su cuerpo, quedo en una zona mucho más comprometedora.
Este entrecerró los ojos.
'Sí… y tú no ayudas'
El silencio volvió a apoderarse de la habitación. Solo el zumbido suave del amanecer colándose por la ventana acompañaba sus pensamientos. Hoy ambos tenían clase, y aunque se hubiera resignado a moverse, con el paso del tiempo, eso dejaba de ser una opción.
Finalmente, se obligó a moverse. Lentamente. Separó su cuerpo del de ella con una precisión casi quirúrgica, cuidando no despertarla. Himiko murmuró algo ininteligible y rodó hacia el lado opuesto de la cama, llevándose parte de la sábana consigo.
Reiji se sentó al borde de la cama. Respiró hondo. Observó su propia mano, la que había descansado sobre ella toda la noche.
'No puedo seguir así'
Se levantó. Caminó hacia el baño en silencio. La ducha fría sería su castigo.
***
"¿Entonces sí fuiste al acuario?" Preguntó Mina, con los ojos brillantes mientras golpeaba suavemente el pupitre de Uraraka.
"Sí, fui con Tsuyu" Respondió ella con una sonrisa cansada. "Había un calamar gigante que casi me hace vomitar del susto"
"¡Eso suena épico!" Soltó Denki desde su asiento, girándose. "Yo me pasé todo el finde tratando de hacer una tostadora inteligente. Terminó explotando… pero prendió por tres segundos, ¿eh?"
"Eso no es algo que debas celebrar" Dijo Momo con tono diplomático, aunque no pudo evitar sonreír. "Y además, una tostadora inteligente ya existe"
"¡La mía hablaba! ¡Y gritaba cuando el pan se quemaba!"
"Qué horror…" Susurró Jirou, levantando apenas una ceja. "¿Qué clase de alarma le pusiste?"
"Una grabación mía. Decía: ¡PAN PAN PAN PAN PAN!"
La risa se propagó por la clase como una chispa. Iida intentaba mantener la compostura, pero su gesto tenso delataba que también encontraba gracioso el comentario. Kirishima se reía abiertamente, golpeando el pupitre con fuerza mientras comentaba algo sobre hacerle mejoras para volverla un arma.
Reiji estaba en su asiento, observando con los codos apoyados y el mentón apenas inclinado. No decía nada. Pero no era que no prestara atención. Lo hacía. Cada palabra, cada risa, cada silencio. Todo era perfectamente normal.
El sol entraba por la ventana, pálido pero constante. El aire estaba limpio, el ruido era armónico.
Y sin embargo…
'¿Porque siento que algo malo va a pasar? No esta Aoyama, Shigaraki no se infiltro pero...'
La puerta corrediza se abrió.
Aizawa entró sin decir palabra, con su mirada somnolienta y expresión inalterable. Caminó hacia el escritorio como si el tiempo no significara nada. Nadie habló. Nadie se atrevió.
Dejó una carpeta sobre la mesa y miró a la clase.
"Pónganse de pie"
Los estudiantes obedecieron al instante. El ambiente cambió, de risas suaves a una tensión contenida.
"Hoy no tendremos clase en el aula" Continuó. "Iremos al U.S.J. para una práctica de rescate real en entornos simulados. Pónganse el uniforme táctico. Salimos en veinte minutos. Las instrucciones específicas se darán en el lugar"
Algunos alumnos se miraron sorprendidos, otros murmuraron emocionados. Era una actividad nueva y muchos estaban emocionados.
"¿U.S.J…?" Susurró Melissa, compartiendo una mirada con Momo. "Pensé que ese centro solo se usaba para pruebas de alto nivel"
"¿Vamos a entrenar con All Might?" Preguntó Denki en voz alta, emocionado.
Aizawa no respondió. Solo caminó hacia la puerta y agregó antes de salir:
"Prepárense como si fuera un rescate verdadero"
Reiji no se movió. Miró a través de la ventana. El cielo estaba claro. No había amenazas.
Pero su cuerpo no le creía.
Cuando Aizawa salió del aula, Reiji lo siguió sin hacer ruido. Lo alcanzó en el pasillo.
"Sensei"
Aizawa lo miró de reojo.
"¿Qué ocurre?"
"Tengo el presentimiento que hago malo sucederá, no se como explicarlo pero... Solo quería informarle, por si acaso"
El profesor lo observó unos segundos, con más atención de la que mostraba normalmente.
"¿Instinto?"
"Sí. Del tipo que suele tener razón"
Un suspiro apenas audible.
"Entonces escucha el tuyo. Si algo pasa, estás autorizado a actuar. Sin restricciones..."
Y con un leve giro en su tono, agregó:
"Solo recuerda a quién estás dispuesto a perder… y a quién no"
Reiji bajó la mirada. Asintió. Aizawa le acababa de decir que confiaba en él, incluso cuando lo había pillado en más de una ocasión en algún lugar haciendo actividades ilegales.
***
El autobús aún no partía. El sonido del motor en reposo vibraba levemente bajo los pies de los estudiantes mientras subían en fila, algunos hablando entre ellos, otros simplemente buscando un lugar junto a conocidos.
Reiji fue de los últimos en abordar.
Observó el interior con calma, calculando los espacios disponibles. No porque le preocupara con quién sentarse, sino porque prefería evitar coincidencias innecesarias.
"Aquí hay espacio" Le dijo Melissa, señalando con una mano el asiento junto a ella.
Frente a ella, Momo estaba ya acomodada junto a Uraraka, mientras Kinoko ocupaba el lugar detrás.
Reiji asintió en silencio y tomó asiento junto a Melissa. El autobús cerró sus puertas con un chasquido hidráulico y arrancó suavemente, comenzando su trayecto hacia el U.S.J.
"No pareces muy emocionado..." Señalo Melissa, girando apenas el rostro.
"¿Cuando si parezco emocionado?" Respondió Reiji con la ceja levantada, haciendo que Melissa se ría levemente.
"Tienes razón, olvídalo"
Volvió a mirar al frente, pero su expresión quedó con esa sonrisa contenida que se forma cuando uno no esperaba una respuesta sincera.
"Aunque si quieres, podríamos enseñarte a sonreír sin que parezca un intento de amenaza" Comentó Uraraka desde el asiento de adelante, girándose por encima del respaldo.
"¿Crees que su sonrisa es amenazadora?" Preguntó Momo, curiosa.
"Un poco. A veces" Bromeo Uraraka.
"Depende de la luz" Intervino Kinoko desde atrás con diversion. "En penumbra, da miedo. Con sol… no tanto"
Reiji desvió la mirada hacia la ventana. No molestado, pero sí algo expuesto.
"Voy a tomar eso como un halago raro"
"Es lo que es" Murmuró Kinoko.
Melissa observo la pulsera que Reiji llevaba en la muñeca. La había visto antes y no se la sacaba ni siquiera con su traje, claramente o tenia un valor sentimental, o algo más. Aprovechando el ambiente, decidió preguntar.
Reiji bajó la vista hacia su muñeca. No respondió de inmediato.
"Es un estabilizador" Dijo finalmente. "Ayuda a mantener a raya los efectos secundarios de mi Quirk"
Momo, que iba sentada al frente, se giró de inmediato. Curiosa por la revelación.
"¿Efectos secundarios? ¿Qué clase?"
"¿Son peligrosos?" Añadió Uraraka con tono curioso.
"Solo si no me controlo" Respondió Reiji. Entonces, como si fuera algo trivial, añadió:
"Cuando se acumula demasiado… necesito sangre ajena. No me sirve la mía"
La frase cayó con el peso exacto para alterar el ambiente.
"¿Sangre?" Repitió Melissa, con el ceño ligeramente fruncido.
"¿Como un vampiro?" Susurró Uraraka, mirándolo con atención. "¿Tienes algo que ver con eso?"
Reiji giró apenas el rostro hacia ella. Su boca se curvó en una sonrisa que no llegaba a ser amable.
Y entonces mostró los dientes, sutil pero claro. No eran colmillos exagerados, pero había algo anormal en su dentadura. Caninos levemente alargados. No parecían ofensivos, pero de pronto, estos se extendieron ligeramente y se afilaron casi como si tuvieran vida propia.
Uraraka retrocedió ligeramente.
"Eso no es una broma, ¿verdad?"
"Nunca dije que lo fuera" Respondió Reiji, con voz tranquila.
Melissa entrecerró los ojos, analizándolo como si tratara de resolver una ecuación.
"¿Y la pulsera regula eso?"
"No evita la necesidad" Aclaró él. "Solo mantiene mi sistema bajo control mientras lo ignoro. Después de un tiempo se me pasa" Mintió, claramente no les diría que solía tomar sangre de animales frescos cada cierto tiempo.
Todas lo vieron.
Uraraka se quedó paralizada, con los ojos muy abiertos.
"Entonces… ¿sí necesitas sangre? ¿En serio?"
"No es una metáfora" Respondió Reiji con calma, casi como si hablara del clima.
"¿Y si no la consigues?" Preguntó Melissa, bajando un poco la voz.
Él desvió la mirada hacia la ventana.
"Eventualmente pierdo el control.
"¿Qué tipo de control?" Preguntó Momo, con prudencia.
Reiji volvió a mirar al frente.
"El tipo que no me permite distinguir amigos de enemigos"
Las chicas se tensaron.
Y fue entonces cuando añadió, con tono completamente neutro:
"Así que, si algún día me ven actuar raro… huyan. No se detengan. No intenten razonar conmigo. Si no lo hacen, no prometo que las recuerde"
La frase cayó como una piedra en el centro del grupo.
Momo tragó saliva sin darse cuenta. Melissa lo observó como si intentara leerle las constantes vitales. Kinoko se encogió en su asiento. Y Uraraka…
…Uraraka se puso completamente roja.
"Espera…" Dijo en voz baja. "Eso suena a… a esas películas donde el vampiro le suplica a la chica que corra, pero ella se queda porque está enamorada, ¿no?"
"¿Eh…?" Momo parpadeó. "¿Qué?"
"¡Sí, sí! Como esas donde él pierde el control, pero aún así no la muerde porque en el fondo la ama" Añadió Uraraka, claramente sobrepasada por su imaginación. "¡Ay no, ya me armé la escena en la cabeza!"
Reiji arqueó una ceja, mirándola directamente. Divertido por el giro extraño de la conversación.
"¿Quieres que te muerda o que te salve?" Preguntó con absoluta tranquilidad.
"¡N-ninguna de las dos!" Chilló Uraraka, cubriéndose el rostro con ambas manos.
Momo desvió la vista hacia el pasillo con las mejillas encendidas. Melissa solo soltó un suspiro largo, como si no supiera si pegarle o reírse.
Kinoko murmuró algo que sonó como "final feliz, mordida suave, con beso..." pero nadie quiso confirmar si lo escucharon bien.
Reiji volvió a apoyarse en el respaldo, cerrando los ojos como si nada hubiera pasado.
"No dije nada raro. Ustedes llenaron los espacios"
"¡Tu tono es el raro!" Protestó Uraraka, aún roja hasta el cuello.
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